Vitoria. Hay relatos reales que superan cualquier ficción. Uno de ellos acaba de ocurrir en pleno corazón del territorio histórico y con un protagonista que aspira a entrar en el libro de los récords como el presunto criminal con menos capacidad de raciocinio. No en vano, el citado, quizás afectado por unas copas de más, decidió liarse la manta a la cabeza y protagonizar uno de los sucesos más rocambolescos de la historia reciente de Álava. De hecho, tras ser despojado de su caravana por ser sorprendido al volante con una tasación alcohólica superior a lo permitido, el citado, un varón de 54 años y de nacionalidad austriaca, arribó al depósito al que fue llevado su vehículo en la capital alavesa y pistola en mano, recuperó su furgón para iniciar una huida por la AP-1 que incluyó embestidas contra los coches patrulla de la Ertzaintza. En definitiva, todo un espectáculo.
Los agentes encargados de seguir al encolerizado austriaco consiguieron parar a éste durante la tarde del domingo en la autopista y ya en Gipuzkoa. Al parecer, según la información del Departamento vasco de Seguridad, todo comenzó en el transcurso de un control que la unidad de tráfico de la Ertzaintza había dispuesto en la intersección de la N-622 con la N-I, en la incorporación de Aránguiz. En el transcurso de esta operación, el conductor de una autocaravana se saltó una señal de stop por lo que los agentes se vieron en la obligación de someter al conductor a las pruebas de alcoholemia. Los resultados fueron concluyentes: arrojó una tasa positiva.
Dadas las circunstancias, los policías imputaron al citado por un presunto delito contra la seguridad del tráfico. A continuación, los agentes inmovilizaron el vehículo, que fue trasladado por una empresa de grúas a su base gasteiztarra. Minutos más tarde, la Ertzaintza tuvo conocimiento de que el citado conductor, que había sido acercado hasta la capital vasca por los gruistas, se había presentado en la empresa y, tras amenazar con una pistola a varios trabajadores, había cogido la autocaravana huyendo del lugar en dirección hacia Donostia.
Inmediatamente, la Ertzaintza montó un dispositivo de búsqueda con varios controles de tráfico en las vías principales entre Álava y Gipuzkoa (AP-1, AP-8 y N-622). Finalmente, las patrullas interceptaron la autocaravana cuando circulaba a gran velocidad por la autopista AP-1 a la salida del túnel de Eiza, a su paso por el municipio guipuzcoano de Soraluze en sentido Bergara. En el transcurso de la persecución el conductor arremetió contra varias patrullas que participaban en los controles. Los agentes que tomaron parte en el dispositivo localizaron el arma (de fuego real) en una zona de maleza después de que el arrestado la hubiera arrojado por un puente de Soraluze en el transcurso de la persecución.
Amenaza con navaja En otro orden de cosas, alrededor de las dos de la madrugada del domingo, la Ertzaintza fue alertada de que una mujer se había personado en un centro hospitalario de la capital alavesa mostrando signos de intento estrangulamiento. Una patrulla comprobó que la víctima presentaba el cuello enrojecido y un estado de gran nerviosismo. Ésta confirmó a los ertzainas que un cuñado con el que mantenía algún tipo de contencioso la había abordado en la calle al tiempo que la amenazaba con una navaja. Según señaló, durante unos momentos había apretado su cuello fuertemente con el brazo cortándole la respiración, hasta que la llegada de testigos había obligado a éste a poner fin a la agresión y abandonar el lugar. Poco después de conocer lo ocurrido el autor de los hechos fue localizando y arrestado.