Vitoria. Ha pasado con nota la prueba de la última nevada.
Bueno, es una obligación; los ciudadanos pagan sus impuestos y cuando aprieta y hay adversidades quieren una respuesta del Ayuntamiento.
Ya, pero era la reválida. Antes le dijeron que no había estado muy atento...
Es muy importante que las previsiones meteorológicas acierten para que los ayuntamientos podamos dar una respuesta eficaz.
Vamos a hablar de la cuestión presupuestaria. ¿Cómo están las Cuentas del Ayuntamiento?
Bueno, todas las instituciones están prácticamente igual. Es decir, hay menos recursos y toca hacer más con menos. Hay que establecer prioridades y después buscar fórmulas alternativas para evitar gasto superfluo. Y eso es exactamente lo que estamos haciendo también en Vitoria. Por fin este año vamos a entrar en números negros, después de una herencia muy complicada.
Todos dicen 'más con menos'. Eso es que de algún sitio se recorta.
Cuando llegué a la Alcaldía me encontré que teníamos que preparar las fiestas de la ciudad. El anterior Gobierno gastaba 47.000 euros simplemente en una fiesta de música al aire libre con canapés para autoridades. Esto en mitad de una crisis económica. Gastos con ése han sido eliminados por completo.
¿Por qué Vitoria tiene que tener derecho a un canon de capitalidad, a un dinero extra que no reciben otras capitales?
Primero, porque muchos vitorianos pensamos que el Gobierno Vasco ha dado la espalda en muchas ocasiones a Vitoria. Creo, además, que ser sede de las instituciones comunes requiere también de un reconocimiento explícito. Cinco millones en un Presupuesto de 9.000 millones de euros no es una cantidad que asfixie en absoluto al Gobierno Vasco; sin embargo, para el Ayuntamiento es muy importante.
Muchos piensan que Vitoria ya sale beneficiada por tener las sedes comunes.
Bueno, pues entonces para esas personas todavía habrá más aspectos positivos por ser capital.
¿Apoyará finalmente el PP las Cuentas de Urkullu?
Hay que ir con muy buena predisposición, con muy buen tono, con ganas de colaborar. En este momento los partidos lo que tienen que hacer es acordar, sumar, juntarse, evitar discrepancias y buscar lo que nos une. Eso es lo que yo predico todos los días en Vitoria.
¿Cómo está viviendo este rosario de noticias alrededor de Bárcenas, un día sí, otro también? Le hago la pregunta como militante del PP.
Lo vivimos como militante y como ciudadano exactamente igual. Cuando uno observa estas noticias o escucha los ERE de Andalucía o escucha otros casos, de Oriol en Cataluña, lo de Urdangarin, lleva a una misma reflexión y es: ¿pero cómo es posible? Entre todos esos cientos y cientos de personas que están en la política siempre hay alguna oveja negra y la hay en todos los partidos. La reflexión que debemos hacer es la siguiente: si esto no es generalizado, porque no lo es, debemos hacer un esfuerzo para no generalizar. Y, lo más importante, cortarlo en seco porque enturbia por completo la confianza de muchos ciudadanos en la acción política.
Y, ¿por qué el PP no lo ha cortado en seco? Porque hemos asistido a este rosario de balbuceos, de pagos en diferido, indemnización... ¿Por qué no se ha dicho de una vez la verdad?
Qué quiere que le diga, yo soy el alcalde de Vitoria, no estoy en Génova y no conozco esos entresijos.
Ya, pero ¿qué cree que está pasando?, ¿por qué no se dice la verdad?
Muchas veces puedes tener sensaciones de incertidumbre en relación a algunas personas. Yo he tratado al presidente, Mariano Rajoy, y se podrán decir muchas cosas de él, positivas y no tan positivas, pero hay algo que incluso sus rivales políticos reconocen, que es un tío honrado, que nadie le ve en una situación como ésa y, por tanto, creo sinceramente que hay un interés por parte de otros partidos de a río revuelto ganancia de pescadores. Los partidos también tienen que hacer esa reflexión. Es decir, cada vez que aparece un caso de sospecha, o a veces de corrupción evidente en un partido, todos los demás se dedican a poner el ventilador pensando que nunca les va a pasar a ellos y que así conseguirán derribar a su rival. Y después sucede en la propia casa y al final el ciudadano acaba con la sensación de que son todos iguales. Pues no, no todos somos iguales. Hay cientos y cientos de personas, a veces los que no son famosos, los que no salen en el periódico, que no están en primera línea, que están todo el día currando por su ciudad, por su pueblo, y esos son los que merecen la pena. Y eso es lo que yo puedo decir y lo que tengo que decir.