Vitoria. Se la esperaba. Pero sólo llegó a los puntos más altos de la fisonomía provincial. La nieve sigue esquiva en la capital, pero muy a gusto a escasos kilómetros de ella, donde su acumulación volvió ayer a causar problemas en el entramado de carreteras del territorio. Apareció allí donde su presencia a estas alturas del año es propia de todos los paisajes y estampas invernales. Y eso, en lenguaje mundano, se traduce en lo de siempre. Es decir, en el cierre de los puertos de Opakua, Bernedo, Orduña y Herrera, que clausuraron sus accesos a cal y canto para todo tipo de vehículos durante buena parte del día. Aparte, los conductores tuvieron que aplicarse con cautela a su paso por Azaceta, donde los viales permanecieron abiertos a cambio del uso de cadenas o neumáticos de invierno en los turismos. No así para los camiones y articulados, a los que se llegó a prohibir el paso en los peores momentos del temporal.

El parte de incidencias derivado de la presente perturbación meteorológica también incluyó llamadas a la precaución en los puertos de Aiurdin, Altube, Barrerilla, Garate, Kurtzeta, Okina, Salinas, Vitoria, y Zaldiaran. Aparte, desde el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco se solicitó cautela en las cimas de Andazarate, Arlaban, Arrate, Artikutza, Bidania, Elgeta, Elosua, Etxegarate, Leintz-Gatzaga, Lizarrusti, Otzaurte, Udana, Urto, Barazar, Dima, Kanpazar, Trabakua y Urkiola, tanto en Gipuzkoa, como en Bizkaia.

Ante tales circunstancias, el Departamento foral de Obras Públicas y Transportes asumió como imprescindible mantener todas las alertas en marcha. Entre ellas, el Programa Operativo de Vialidad Invernal, que se mantuvo una jornada más activo en su fase de emergencia. Esta circunstancia se tradujo en la provisión de 51 operarios y hasta 18 quitanieves, que trabajaron a destajo en el conjunto de la red viaria. No en vano, la Diputación preveía para la tarde de ayer cielos muy nubosos, precipitaciones, una cota de nieve situada entre 500 y 800 metros de altitud, vientos de componente norte, con rachas fuertes y alguna muy fuerte en el Valle del Ebro y unas temperaturas máximas sin cambios o en ligero descenso.

Todo ello no variará en exceso en las próximas horas. No en vano, el escenario que baraja la Agencia Vasca de Meteorología (Euskalmet) avanza para hoy cielos cubiertos, que generarán chubascos abundantes, sobre todo, durante la mañana. No será extraño que la chaparrada incluya granizo, incluso, nieve en cotas entre los 500 y los 800 metros de altitud y por la tarde-noche. El viento será moderado del oeste-suroeste de madrugada, con rachas muy fuertes en el Valle del Ebro. Las temperaturas oscilarán en una horquilla de entre uno y cuatro grados.