MADRID. En cuatro años (2007-2011) el número de parados con titulación universitaria se ha multiplicado por 2,86 en España.

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, y la presidenta de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), Adelaida de la Calle, han clausurado el acto de presentación del informe CYD, que por octavo año consecutivo ha elaborado la Fundación Conocimiento y Desarrollo, que preside Ana Patricia Botín.

Wert ha señalado que con la reforma que se va a poner en marcha se trata de "dotar de los instrumentos adecuados" a la universidad para que "lo siga haciendo bien", y que la Comisión de expertos creada por el Ministerio de Educación para elaborar un informe sobre el sistema universitario trabaja en la misma línea de las recomendaciones del informe CYD.

El informe CYD, dirigido por el profesor Martí Parellada, bajo la supervisión de los vicepresidentes de la Fundación CYD, Francesc Santacana y Francesc Solé Parellada, añade que la tasa de desempleo universitaria es superior a la los trabajadores europeos con titulación universitaria (5,2%) y también a la tasa de paro del conjunto de la población europea (8,7%).

En cuanto a las ganancias, la diferencia relativa de sueldo entre un universitario y el resto de la población en España es de un 56%, mientras que en Canadá, Alemania, o el Reino Unido es del 70%.

Estos datos justifican que, en los últimos cuatro años, el censo de españoles en el extranjero haya crecido más de un 25% y que buena parte de ellos sean jóvenes con alto nivel de estudios.

El informe plantea mejoras "imprescindibles" para afrontar los retos del sistema universitario español, como la internacionalización.

En España, sólo un 2,7% de los alumnos son extranjeros, una tasa que debería aproximarse al 6,4% de la OCDE, aunque el informe destaca que España es el país que mueve más estudiantes en el programa de intercambio Erasmus.

El rendimiento académico y el ajuste de oferta y demanda es otra de las mejoras necesarias en el sistema universitario español, donde en el curso 2009-2010 los alumnos no aprobaron 1 de cada 3 títulos matriculados, y la oferta académica fue de 2.413 grados.

En este sentido señala que para alcanzar un mayor rendimiento y reducir desajustes entre oferta y demanda se requiere la implicación de universidades, administraciones, empresas e instituciones.

También apunta la necesidad de reforzar la empleabilidad de los titulados universitarios, la investigación y transferencia, sin olvidar la formación continua.

El informe refleja que los recortes presupuestarios en el sistema universitario fueron el año pasado de entre un 5 y un 10%, y en el periodo 2008-2011, se han destinado 800 millones de euros menos a la educación superior y los recortes han sido más intensos en investigación, al contrario de lo que ha pasado en la mayoría de países europeos, según datos de la EUA, además hay que añadir la caída de recursos de empresas y otras entidades.

Según la OTRIS (Oficinas de Transferencia de Resultados en Investigación), en 2010 los recursos privados captados bajaron un 2% y se situaron en 623 millones de euros, una cifra similar a la de 2007.

Por otro lado la crisis ha tenido un efecto indirecto sobre las universidades que han registrado un aumento del número de estudiantes, tras una década de descenso, y el número de matriculados creció un 2% en el curso 2009-2010 y un 2,9% en el curso 2010-2011, llegando a los 1,44 millones de alumnos. Los matriculados en máster oficiales también suben, superando los 100.000.

También han crecido las publicaciones científicas un 5% en 2010, las patentes mantuvieron el crecimiento ininterrumpido de solicitudes (967) y se crearon 131 spin-offs -empresas basadas en conocimientos creados en las universidades-, 13 más que en 2009,a pesar de la crisis y la caída de recursos.

Según el informe, para convertir la universidad en un motor de crecimiento económico y social es necesario dotarla de más autonomía para definir su oferta académica y desarrollar su propia política de personal; participar en la determinación de precios y tener más capacidad para captar recursos privados; impulsar la cooperación inter-universitaria y establecer un sistema de gobernanza, acompañado de un sistema de rendición de cuentas.