PAMPLONA. Los hechos, calificados de homicidio por el fiscal y de asesinato por la acusación particular, ocurrieron de madrugada a la salida de una discoteca en Lekunberri, donde tras una discusión Lavandera recibió varios navajazos y falleció horas después por una hemorragia masiva.
En su declaración Sergio Fernando R.S., "El Portu", ha insistido, como lo hizo tras su detención horas después de los hechos, ser el autor de los navajazos, que ha atribuido a un "malentendido" que "no tenía que haber terminado así".
Al respecto, ha recordado que el 16 de enero de 2010, tras hacer botellón y salir por varios bares de Pamplona, donde estuvo bebiendo "de todo", acudió con otros tres amigos "que no tienen nada que ver en todo esto" a la discoteca Mao Mao de Lekunberri, donde siguió bebiendo "sin ningún jaleo" hasta que, al cierre del local, se vio envuelto en un altercado.
"El Portu", como ha reconocido que le llamaban, ha señalado que ya en la calle se paró a hablar con una persona y, "sin ningún motivo", la víctima le atacó por la espalda y le dio "golpes en la cabeza", momento en que el acusado miró a su alrededor y vio a varias personas "con botellas y palos pegándose".
"Le dije al difunto a ver qué pasaba, a ver si estaba tonto, pero volvió a lanzarse", ha dicho "El Portu", quien ha reconocido que entonces sacó la navaja que llevaba, hizo "un amago" para "asustarles" pero, al ver que no lo hacían y que estaba "solo ante un montón de gente que no conocía" pensó: "Antes de que llore mi madre, que no puede llorar, que llore la suya", ha dicho.
"No me dio ningún motivo para no utilizarla", ha señalado sobre la nula reacción de Lavandera ante su navaja, que ha insistido en que la sacó para asustarle, pero "antes de estar yo en una cuneta tenía que defenderme".
"Yo me defendí por mi vida", ha asegurado tras negar que, como señala la versión de fiscal y acusación particular, persiguiera a Lavandera para asestarle los navajazos, ya que lo hizo "de cara y de una sola vez. No tengo necesidad de ir por la espalda. Todo fue de cara".
Preguntado sobre algún navajazo que la víctima tenía en la espalda, ha explicado que tras varios embates en el torso por delante, le cogió de la cabeza y le obligó a agachar el cuello, lo que le permitió asestarle otro navajazo en la espalda pero estando ambos de frente.
"Me asusté de lo que había hecho y me fui. Reconozco lo que he hecho. Estoy de acuerdo en la condena que me van a poner porque a lo hecho, pecho. Soy consciente de que voy a pagar por ello", ha dicho el acusado ante un grupo de familiares y amigos de la víctima, uno de los cuales no ha podido contener la emoción y ha sido desalojado de la sala.
El acusado ha reconocido que tras los hechos, de los que ha exculpado a los tres amigos que viajaron en el mismo coche de vuelta a Pamplona, al ser interceptados a la altura de Berriozar por la Guardia Civil dijo que él era el autor de los navajazos.
También ha señalado que los análisis de sangre y orina para determinar su nivel de alcohol se le realizaron "bien tarde: me apresaron por la noche y hasta la tarde del día siguiente no fui al médico", ha señalado a preguntas de la fiscal dado que dio negativo en las pruebas de alcoholemia.
Además, ha negado que la que ha dado este lunes sea una "versión contradictoria, sino que es más detallada" que la que había dado en la instrucción del caso.
A preguntas de su defensa ha recordado que, tras morir su madre cuando él tenía 7 años, vivió en un colegio de monjas y después en un piso de acogida hasta los 18 años, que de pequeño padecía ataques epilépticos, y ha reconocido tener un carácter "conflictivo", aunque no "mentiroso", y por ello ha reconocido desde el principio la autoría de la muerte de Lavandera.