Lantarón respira hondo y tranquilo. El vertido químico registrado en el término municipal no le quita el sueño a sus habitantes, ni tan siquiera a aquellos cuyas tierras se han visto anegadas por un compuesto líquido integrado por sustancias de nombres tan intrincados como benzotiazol, anilina o tolueno. Todos son conscientes de que la firma responsable de esta fuga, General Química, omnipresente en el municipio desde el mismo momento de su creación, tomará cuantas medidas sean necesarias para atajar el problema. Por ahora, el único contratiempo viene dado por la imposibilidad de trabajar las directamente hectáreas afectadas, aunque tampoco esto parece suponer un gran trastorno. A la espera de que se elabore el informe definitivo sobre el incidente, los habitantes de los doce pueblos que integran Lantarón hacen gala de una calma digna de encomio.

La noticia de que se había producido una fuga de sustancias químicas saltó a los medios de comunicación hace pocos meses, pero todos en Lantarón tienen la certeza que la historia viene de lejos, de muchos años atrás. Tantos como seis u ocho. Los terrenos ubicados entre la planta química y el río Ebro se anegaban con regularidad y nadie le concedía mayor importancia a este hecho cíclico. Los agricultores explican que pensaban que el agua rebosaba desde una acequia procedente de la zona de Salcedo y Turiso -dos de los pueblos que integran Lantarón- y dejaban correr el asunto. Otros vecinos sostienen que el fuerte olor que despedían los compuestos filtrados a las tierras no dejaban lugar a duda sobre su origen, pero que como en cuestión de un mes todo se evaporaba, nadie se quejaba. Las tierras se trabajaban, las cosechas se recogían regularmente y Lantarón continuaba con su día a día.

El asunto no se abordó hasta finales de 2011, cuando uno de los agricultores abrió una zanja en su finca, muy cerca de la planta química. El líquido que ocupó el hueco vacío no era del color correcto, así que saltó la voz de alarma. La Agencia Vasca del Agua, URA, recibió una muestra y determinó que contenía agentes extraños, por lo que la alerta se extendió hasta la Confederación Hidrográfica del Ebro. Ambos organismos iniciaron una investigación y los indicios apuntaron a que el origen del vertido partía de General Química.

Los técnicos medioambientales del Gobierno Vasco se pusieron en contacto con la empresa para advertir a sus responsables de que una de sus tuberías podía haberse roto. La inspección interna de los conductos, llevada a cabo mediante cámaras de vídeo, constató la existencia de una rotura en uno de los canales. Se paralizó el flujo de sustancias y se reemplazó la canalización subterránea por una tubería aérea.

Solventado el origen de la fuga, la atención se centró en los terrenos afectados. Se realizaron mediciones que sirvieron para confirmar que, a falta de un análisis en profundidad, en principio no había elementos peligrosos. Lakua encargó a la empresa URS la elaboración de un estudio completo sobre posibles afecciones al suelo y, de forma paralela, URA y la Confederación Hidrográfica del Ebro llevaron a cabo nuevos análisis de las aguas que descartaron riesgo para la salud.

A la espera de que se den a conocer los resultados del estudio de URS, los propietarios de las tierras afectadas crearon una plataforma desde la cual podrían emprender acciones legales. Todo dependerá de las conclusiones del citado informe. Sin embargo, uno de ellos denunció en enero el vertido ante la Ertzaintza y el caso se encuentra actualmente en manos del fiscal alavés especialista en delitos ecológicos, Álvaro Delgado.

Durante los últimos tres meses, la empresa se ha afanado en retirar los compuestos químicos filtrados. El líquido se succiona, se almacena y se retira en camiones cisterna que ya se han convertido en parte del paisaje habitual de la zona.

Roces legales Juan Carlos Antón, presidente de la Junta Administrativa de Zubillaga -otro de los pueblos que forman parte del municipio-, explica que el primer anuncio del vertido llegó justo después de que una de las empresas que forman parte del conglomerado químico de la zona, Evonik, mantuviera un roce legal con los agricultores. La firma tenía que instalar una conducción subterránea y los titulares de los terrenos por los que había de pasar no le dieron permiso. El asunto se desbloqueó por la vía de la expropiación forzosa, lo cual levantó algunas ampollas. "El problema no es de ahora. El vertido llevaba años produciéndose pero las quejas llegaron después de aquello. No digo que ambos hechos estén relacionados, sino que se produjeron en este orden", aclara.

En lo que atañe al día a día del municipio, Antón asegura que la tranquilidad es "absoluta". "Que se produzca un vertido es un problema, qué duda cabe, pero no han saltado las alarmas. Realizamos controles periódicos del agua potable y está en perfectas condiciones", explica.

El alcalde de Lantarón, el jeltzale Javier Uriarte, opta por la moderación y la cautela en sus declaraciones en torno a este incidente. Explica que, según se le informó desde el Gobierno Vasco, estaba previsto que el informe de URS se completara para el 29 de marzo, "así que por el momento no nos queda otra alternativa más que esperar a que nos lo remitan". "Queremos estar perfectamente informados y al día de todo lo que tiene que ver con este asunto, pero dependemos totalmente de la Diputación y del Gobierno Vasco. Nosotros carecemos de recursos humanos y técnicos para realizar los análisis necesarios", reconoce.

El primer edil recuerda que, hasta la fecha, ha participado en dos reuniones relacionadas con el incidente. La primera tuvo lugar en la propia sede de la empresa General Química, que mostró su total disposición a colaborar, y a la segunda, que se celebró en la Consejería de Agricultura, también acudieron los afectados. Asegura que, dados los resultados de los primeros análisis y que ninguna instancia ha indicado lo contrario, una parte de las tierras se sigue trabajando.

Fernando Martínez, vecino del municipio, explica que el origen del problema se remonta al menos cuatro años atrás y que durante este tiempo "nunca ha habido quejas ni problemas". Actualmente atiende la barra en el centro social de la localidad, pero durante más de 40 años trabajó en General Química, como otros muchos residentes en Lantarón. A diferencia del presidente de la Junta Administrativa, él sitúa el origen de las alertas justo después de que el nuevo alcalde ocupara, hace nueve meses, el sillón del primer edil. Aunque no se produjo un relevo en el partido gobernante -el PNV volvió a ganar- simplemente apunta que ambos hechos, el nombramiento y las denuncias, coincidieron en el mismo espacio temporal.

"Nunca se le dio importancia, aunque se sabía que algo raro ocurría. Bastaba con remover la tierra para que oliera, pero los elementos químicos eran muy volátiles y se evaporaban. Lo extraño es que gente que antes no se quejaba, ahora sí se queja", detalla. En cuanto al destino final de los compuestos, precisa que, tanto antes como ahora, se almacenan en una balsa para ser tratados por una depuradora.

Al preguntar por los titulares de los terrenos, los vecinos señalan al pueblo de Comunión. Por allí pasea, frente a su casa, Jesús Estíbalez. Señala que su hijo posee tierras en el área afectada por el vertido, pero asegura que la familia está tranquila. Confía en que General Química solucione las posibles afecciones a los terrenos y comenta que "las cisternas han estado retirando el agua contaminada, aunque hace más de una semana que no las veo por aquí".

Afirma que las fincas se anegaban cada cierto tiempo, aunque ellos lo atribuían "al agua que rebosaba de una acequia que viene de la zona de Salcedo y Turiso". Señala que cuando unos de los arrendatarios de las tierras, residente en la localidad burgalesa de Orón, abrió una zanja a finales de 2011 es cuando todos se dieron cuenta de que la zona estaba contaminada. "Le hicieron tapar el agujero. Se dijo que los pájaros que bebían de la zanja se morían", recuerda. Sea como fuere, de las 17 fanegas que posee la familia en la zona, este año se han quedado cinco o seis sin sembrar. "A ver qué es lo que pasa ahora", se pregunta.