Vitoria. Llegó sin meter demasiado ruido y en poco tiempo se ha convertido en todo un ejemplo de cómo canalizar la participación de los jóvenes y la creatividad. El programa Gazte Factory sigue su andadura en los centros cívicos de la capital alavesa cada vez con más fuerza, si cabe. Todas las semanas sus proyectos reciben una asistencia de cerca de 70 personas, un éxito que se va a ver reconocido en la otra punta del Estado.
La Federación andaluza de Municipios y Provincias, en colaboración con la Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía, ha decidido premiar el esfuerzo realizado por todas las personas que hacen posible este programa. La jefa de la Unidad de Juventud del Ayuntamiento gasteiztarra, Pilar Abella, viajará mañana en nombre de todos ellos hasta Almería para recoger este galardón, que se enmarca en la séptima edición del premio Progreso. El premio, en palabras del jurado, reconoce "la calidad e innovación" del proyecto y será entregado en un acto que tendrá lugar en el Salón Noble de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía.
Los inicios de Gazte Factory se remontan a octubre de 2010. La ciudad daba a luz a una programa de ocio y cultura pensado para jóvenes de entre 14 y 30 años que quisieran experimentar y conectar con gente de sus mismos intereses. "Se quiso habilitar un espacio donde los jóvenes pudieran crear, formarse y sobre todo, donde ellos mismos pudieran decidir", explica Abella.
El resultado fue la creación de tres proyectos, uno de danza urbana en el centro cívico de Lakua, otro de manga y cultura japonesa en Judimendi, y un tercer proyecto vinculado a las artes escénicas en Ibaiondo. Para la organización de cada uno de ellos se contó con la ayuda de las asociaciones Oreka, Tenkai y Chicara, así como de Panta Rhei, respectivamente. En la actualidad, todos ellos se mantienen salvo el último, si bien no renuncian a retomarlo en un futuro no muy lejano.
claves del programa
Saber qué interesa a los jóvenes y darles el liderazgo
Desde su puesta en marcha, estos espacios gestionados por los propios jóvenes se han erigido como una fórmula para impulsar su creatividad y para relacionarse. La iniciativa se enmarca dentro de las acciones programadas por el II Plan Joven Municipal que pretende precisamente impulsar la participación de este colectivo, en ocasiones injustamente acusado de estar dormido. "La clave está en saber qué es lo que les interesa a los jóvenes. Cuando se da con eso y encima la labor de dinamización es buena, el resultado es evidente", explica Abella, muy ilusionada por el premio que recibirá su equipo.
Para la responsable de Juventud la clave ha estado en darles a los jóvenes la palabra y en limitarse como institución a facilitarles los medios necesarios. "Les hemos dejado ser líderes, nosotros sólo hemos puesto el local y hemos hecho labores de acompañamiento. De esta forma se han visto reconocidos, han descubierto mundos nuevos y, en definitiva, han aprendido", añade.
La respuesta ha sido tan positiva que la organización se encuentra ya diseñando un nuevo proyecto. De momento no quiere avanzar más detalles del que será el tercer espacio de Gazte Factory, tan sólo que guardará relación directa con la reciente designación de Vitoria como Green Capital y que se pondrá en marcha en el segundo trimestre del año. La iniciativa, naturalmente, estará condicionada a la disponibilidad presupuestaria, pero se mantienen optimistas. "El aspecto mas laborioso es el de localizar grupos de jóvenes dispuestos a responsabilizarse con continuidad de mantener un Gazte Factory", concluye Abella.