madrid. La destrucción de la capa de ozono en el Ártico alcanzó niveles "sin precedentes" la pasada primavera, con un 80% de reducción de este gas entre los 18 y los 20 kilómetros por encima de la superficie, según la investigadora del Instituto español de Técnica Aeroespacial (INTA), Concepción Parrondo.
Parrondo señala que la destrucción de ozono en la Antártida es de "dimensiones mucho más significativas" que en el Hemisferio Norte, debido a que en el Sur se acumulan temperaturas mucho más frías, que dan lugar a que el "agujero" de ozono sea mucho mayor.
La consecuencia "más evidente" de que el agujero de ozono Ártico haya sido "más importante" este año, es "el aumento de radiación ultravioleta", que afecta de manera adversa a los seres vivos; así como un "desequilibrio" en el "balance energético" de la atmósfera, ya que "el ozono es un gas con una gran capacidad de absorción de la radiación solar".