un millón largo de jóvenes buscará desde hoy respuestas a interrogantes personales y problemas sociales en las palabras de Benedicto XVI durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que este año cumple su vigésimo sexta edición y que traerá al Papa a Madrid en su tercer viaje a España, donde le espera más de un millón de peregrinos unidos bajo el lema Arraigados y edificados en Cristo. Firmes en la fe. Junto a ellos, un despliegue de más de 30.000 voluntarios y unos 10.000 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado velarán por la jornada.
Aunque Benedicto XVI no llegará hasta el jueves, hoy se dará el pistoletazo de salida a la JMJ en una Misa que ofrecerá el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. A partir de entonces, la capital acogerá más de 300 actos culturales, como musicales, exposiciones y proyecciones, y su conocido Parque del Buen Retiro se transformará en el 'Parque del Perdón', acogiendo una Feria Vocacional con cerca de 80 stands y 200 confesionarios donde prestará servicio un millar de sacerdotes.
Mañana se celebrará una manifestación que se iniciará y terminará en la Plaza de Tirso de Molina tras pasar por la Puerta del Sol, convocada por casi un centenar de organizaciones de laicos, ateos y cristianos de base, entre otros, contra la JMJ por el coste que según denuncia, tendrá para las administraciones públicas, importe que estiman en unos cien millones de euros.
El Papa llegará a mediodía del jueves al aeropuerto de Barajas. Durante su estancia, que se prolongará hasta el domingo, participará en más de una docena de actos. Más de 450.000 jóvenes se han inscrito para participar en la Jornada y de ellos, 300.000 han pedido alojamiento y se instalarán en unos 5.000 espacios entre colegios, parroquias, polideportivos y familias, concretamente 693 espacios públicos y 790 privados. Además, habrá 2.000 jóvenes procedentes de países con pocos recursos, que han podido acudir a la JMJ gracias al Fondo de Solidaridad.
peregrinos vascos Más de un millar vascos, el grueso de ellos navarros y vizcaínos, participarán en este evento que empezó a celebrarse en 1984 bajo el pontificado de Juan Pablo II. Los peregrinos vascos asistieron ayer en sus diócesis a una eucaristía de despedida antes de viajar a Madrid. Así, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, aseguró que los "jóvenes de nuestra sociedad, por mucho influjo laicista que estén recibiendo, tienen más valores cristianos de lo que a primera vista quepa suponer". En su homilía Munilla destacó entre esos valores "el sentido de la dignidad humana, el valor de la sinceridad y de la autenticidad, la solidaridad, el amor a la familia". "Nuestra sociedad es más creyente de lo que aparenta ser; pero menos creyente de lo que nuestro Dios misericordioso tiene derecho a esperar de nosotros", ha afirmado el obispo, quien ha explicado que "para que nuestros jóvenes crezcan en la fe, es necesario que construyamos una cultura más libre" para que "nada nos impida manifestar públicamente, en un ambiente de normalidad, nuestras convicciones espirituales", y "menos relativista porque, cuando se impone la cultura del 'todo da lo mismo' y no se reconoce ninguna verdad como definitiva; entonces todo es inestabilidad, desconcierto y conformismo con las modas". En este sentido, el obispo donostiarra se preguntó si "los jóvenes de nuestra Tierra son más parecidos a los que han protagonizado los incidentes de Lloret del Mar y de Londres, o a los de la JMJ". José Ignacio Munilla reconoció que son unas preguntas "un tanto provocativas", con el objeto de "atraer la atención" destacó que, "por mucho que estemos en una cultura globalizada, no podemos caer en la tentación de las generalizaciones, no podemos meter a todos los jóvenes en el mismo saco".