Vitoria. Una columna de aire sibilante que distorsionaba las imágenes tras de sí y un penetrante olor bastaron para desatar la alarma ayer en Nanclares de la Oca. Apenas dio tiempo a comunicar la alarma por escape de gas cuando las calles del municipio comenzaron a vaciarse y las persianas a cerrarse de golpe. Al parecer, un error cometido durante la reparación de unas tuberías en la calle Tras el Río, detrás del Ayuntamiento, provocó la fuga del fluido y el pánico entre los ciudadanos.
Afortunadamente, todo quedó en un susto y la brecha abierta en la canalización quedó subsanada, pero los vecinos se quejaban ayer de no haber recibido aviso oficial de lo que ocurría y de la tardanza en atajar el escape.
El alcalde de la localidad, Javier Martínez, se defendía asegurando que no hubo tiempo, ya que la orden de aviso estaba dada, pero los vecinos se anticiparon a su ejecución. La perforación de la tubería de gas se produjo a las 9.05 horas y exactamente cinco minutos después ya no quedaba un alma en la calle. A las 9.15 horas, los responsables municipales procedían al cierre de la vía y a avisar a los vecinos de que se iba a suspender temporalmente el suministro para proceder a la reparación. También, por precaución, se desalojó a una veintena de personas. Toda la crisis quedó resuelta hacia las 9.45 horas. Afortunadamente, las fuertes rachas de viento registradas ayer en la localidad ayudaron a disipar el gas rápidamente y bastó con que los Bomberos arrojasen agua para solventar el incidente. Todo apunta a que un error cometido por los trabajadores de una obra civil enfrascados en la reparación de la citada calle propició la rotura de la tubería y el posterior escape.
Aunque la fuga fue de cierta importancia, los técnicos de Gasnalsa pudieron atajarla en cuestión de media hora. Posteriormente, los Bomberos recorrieron toda la zona circundante para cerciorarse de que no se habían acumulado bolsas de gas en ninguna casa.