vitoria. El polémico proyecto para la ejecución de la presa de Korrosparri, la misma que había de garantizar el abastecimiento para la zona de Agurain y cuyo anuncio fue recibido con los brazos abiertos por las instituciones locales de la zona, parece haberse caido del borrador del Plan para la Cuenca del Ebro que forma parte del Plan Hidrológico Nacional. Esta modificación, que es necesario abordar con la máxima cautela ya que se trata de un avance del documento definitivo y que aún no ha superado ninguno de los trámites a los que habrá de verse expuesto en los próximos meses, puede poner en peligro la futura viabilidad de una iniciativa que desde el principio contó con partidarios y detractores.

Precisamente estos últimos, quienes nunca simpatizaron con la idea de encajar una presa entre áreas protegidas, manifestaban su satisfacción ayer por el hecho de que se haya impuesto "el sentido común". Así, Imanol Amundarain, de la plataforma Korrosparri, señalaba que de todas las alternativas posibles para garantizar el abastecimiento de la zona, la ejecución de la presa era la menos viable desde todos los puntos de vista, sobre todo del económico. Es precisamente la situación de crisis y el afán por contener el gasto lo que más podría haber pesado sobre los responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro, última responsable de la iniciativa, a la hora de aparcar la idea.

Sin embargo, al borrador del Plan para la Cuenca del Ebro, aún le resta un largo camino burocrático por delante. Antes de convertirse en oficial, habrá de superar un periodo de exposición pública y otro de alegaciones, fases en las que puede sufrir importantes modificaciones.

El planteamiento inicial, que lleva dando vueltas por distintos despachos de la Diputación alavesa desde 1998, contemplaba el aprovechamiento de las aguas del Nacedero de Araia y de los arroyos de la zona para surtir a Agurain, Asparena y San Millán, fundamentalmente. Los partidarios de la presa han defendido tradicionalmente la necesidad de disponer de agua suficiente para que el área crezca, tanto en superficie como industrialmente, sin secar los ríos en verano.

Un proyecto complejo desde el punto de vista técnico y caro desde el económico que puede no superar la actual tesitura de crisis. El borrador del Plan para la Cuenca del Ebro, que parece decantarse por la austeridad, propone como alternativa a la presa el aprovechamiento del embalse navarro de Urdalur, situado en la localidad de Ziordia y que se extiende a lo largo de treinta hectáreas. Eso en cuanto al agua de consumo humano, porque en lo que a regadíos atañe plantea echar mano del contenido de la balsa alavesa de Los Arcillares, unas opciones mucho más "sostenibles", a juicio de los detractores de la presa, que se complementarían con políticas de mejora en la gestión del agua que se emplea actualmente en la zona.