madrid. El Tribunal Supremo (TS) anuló ayer la sentencia que condenó a la familia de Antonio Meño, quien se quedó en coma vegetativo hace 21 años por una presunta negligencia médica durante una rinoplastia, a pagar 400.000 euros en costas y acordó devolver las actuaciones para su nueva investigación a instancias de las partes.

En un sentencia, la Sala de lo Civil del Alto Tribunal acuerda estimar la demanda de revisión formulada por la representación de Meño tras considerar acreditada "la maquinación fraudulenta aducida".

La resolución, de la que es ponente el magistrado José Ramón Ferrándiz Gabriel, consideró que el interés de la declaración efectuada por el nuevo testigo "pone de manifiesto la realidad de un fraude procesal maquinación fraudulenta en términos del artículo 510, ordinal 4º, de la Ley de Enjuiciamiento Civil, gestada, fuera del proceso, entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética, con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente, en el proceso civil".