Vitoria. Superado sin excesivas complicaciones el trámite de las fiestas de La Blanca, pese a las tensiones existentes en el seno de la Policía Local, el Ayuntamiento de Vitoria encara el resto de agosto y un último trimestre del año previsiblemente plácidos, con una huelga de brazos caídos aún en vigor, pero con la mano tendida al comité de empresa de Agirrelanda. Un periodo en el que se alberga la esperanza de alcanzar acuerdos con la plantilla, una voluntad que ya han manifestado en diversas ocasiones el alcalde de la ciudad, Patxi Lazcoz; el concejal delegado de Seguridad Ciudadana, José Manuel Bully, e incluso el comisario José Antonio Vicho y el director del Departamento, Iñaki Inoriza. Estos últimos a través de un comunicado colgado en el tablón de anuncios de la comisaría.
Los portavoces del comité de empresa no han desoído el llamamiento municipal, si bien aseguran que su participación en dicha mesa negociadora estaría sujeta "a muchísimos condicionantes", entre los cuales destacaría la ausencia del propio Bully. "No nos parece coherente seguir exigiendo la dimisión del edil y al mismo tiempo sentarnos a dialogar con él", señalaron.
Por el momento, las dos centrales sindicales con mayor representación dentro del Cuerpo, ELA y CCOO, están de acuerdo en que la ausencia del concejal de Seguridad Ciudadana, con el que mantienen una más que tensa relación desde hace meses por su "actitud prepotente", sería deseable. Aún falta por conocerse la opinión de los representantes del SVPE, quienes posiblemente apoyen las tesis del resto del comité de empresa puesto que también han reclamado insistentemente el cese del polémico edil.
Las reclamaciones de los representantes laborales de los agentes van, pese a las continuas declaraciones de los miembros del equipo de gobierno local que apuntan exclusivamente en este sentido, más allá de los recortes salariales y de las bajas, medidas éstas que afectan a todos los funcionarios municipales. Los sindicatos han expresado en numerosas ocasiones su malestar con la jefatura y con los responsables políticos por el modo en que se organizan el servicio y por la falta de promoción y recursos, así como por la precaria formación que reciben los agentes, entre otros asuntos.
huelga vigente Esta desazón condujo a la celebración de varias asambleas entre los enlaces sindicales y los guardias antes de la celebración de La Blanca. En ellas participó un centenar de agentes que resolvió dar comienzo a una huelga de brazos caídos, consistente en la no aplicación de sanciones de tráfico, que aún continúa totalmente vigente. De hecho, en Vitoria sólo se imponen multas en casos extremos o a petición de los ciudadanos afectados en casos muy concretos. Los sindicatos también plantearon entonces un calendario de movilizaciones que, a partir de septiembre y tras el regreso de las vacaciones de los empleados adscritos a diversos departamentos municipales, confían en que alcance a todo el Ayuntamiento. "Todos los funcionarios tienen mucho que decir en todo este asunto", señalaron.
Ante este panorama y concluidas las fiestas, en las que el Consistorio redujo al mínimo posible los refuerzos voluntarios después de que algunos agentes rechazaran realizarlos -sólo se tiene constancia de dos refuerzos llevados a cabo por los guardias durante las fiestas, uno por la mañana y otro por la tarde-, los sindicatos se mantienen en sus posiciones previas. Es decir, que siguen exigiendo el cese de Bully y la aplicación de "profundos" cambios organizativos en el Cuerpo. De ahí que, al margen de la exclusión del concejal de la mesa negociadora, subrayen que su participación en estos encuentros esté sujeta a "otras muchas condiciones".
Por el momento, los sindicatos prefieren aguardar hasta concretar una estrategia común antes de lanzarse al coso de la negociación. "No tenemos ningún problema en sentarnos a dialogar de lo que sea, estamos abiertos a cualquier iniciativa. Pero cuando lo hagamos presentaremos un frente común entre los sindicatos", explicaron ayer los integrantes del comité de empresa de la Policía.
oferta de diálogo El primero en mostrarse "comprensivo" con el descontento de los agentes fue Lazcoz, quien en el mes de julio aseguró entender su enfado por la merma económica patente en su última nómina. También Bully aseguró empatizar con sus quejas económicas y señaló que la puerta de su despacho se encontraría abierta para tratar cualquier asunto.
Pero la oferta más clara de todas llegó de la mano del comisario Vicho y del director de Seguridad Ciudadana, Iñaki Inoriza, quienes a través de un documento publicaron un "ofrecimiento de diálogo". Un texto en el que se subrayaba su "absoluta disposición a establecer un diálogo constructivo". Conversaciones que se dirigirían "a la búsqueda de soluciones que puedan mejorar las condiciones organizativas, laborales, materiales, etc, cuya responsabilidad esté dentro de las competencias del Departamento".