roma. El Vaticano denunció ayer lo que considera un "evidente e innoble intento de golpear a cualquier coste" al papa Benedicto XVI con las nuevas denuncias procedentes de EEUU sobre casos de pederastia por parte de sacerdotes que fueron ocultadas, según esas víctimas, por el actual Pontífice.
La denuncia la hace el diario vespertino de la Santa Sede, L"Osservatore Romano, que acusa a la prensa internacional de difundir una imagen de la Iglesia Católica "como si fuese la única responsable de los abusos sexuales, lo que no se corresponde con la realidad".
En una nota titulada Ningún encubrimiento, el diario del Vaticano señala que los criterios de Benedicto XVI para afrontar los casos de sacerdotes pederastas son "transparencia, firmeza y severidad".
El vespertino vaticano agregó que se trata de un modo de actuar "coherente con su historia personal", que "evidentemente no gusta a quienes preferirían poder instrumentalizar, sin base alguna, horribles episodios y casos dolorosos de hace varias decenas de años". Así es como El Vaticano explicó ayer que el reverendo Lawrence C. Murphy, un sacerdote de la Archidiócesis de Milwaukee que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, no fue castigado ya que cuando supo del caso habían pasado 20 años y el religioso estaba enfermo.
El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en unas declaraciones que fueron difundidas a la prensa, recuerda el "terrible sufrimiento de las víctimas" y asegura que Murphy "violó la ley y, lo que es más importante la confianza que sus víctimas habían puesto en él".
El prefecto emérito de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal portugués José Saraiva Martins, aseguró ayer que detrás de las informaciones sobre casos de pedofilia hay una "maquinación", "una estrategia bien definida para atacar a la Iglesia". Saraiva remarcó su postura a favor de perseguir este tipo de delitos y demostrar una "tolerancia cero" con los sacerdotes que los cometen. También pidió ser "objetivos" ya que "ahora parece que la pedofilia sea una cosa específica de la Iglesia, cuando en realidad el 98% de los pedófilos no son curas", remarcó, y que "no se trata de un problema de los curas sino el reflejo de la sociedad en la que vivimos".
Preguntado por la ley del silencio que han mostrado los superiores eclesiásticos con los curas acusados, Saraiva consideró que, si bien "esto no debe suceder más", "tampoco se puede juzgar a los obispos de otro tiempo con los parámetros de hoy".