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Hernias inguinales y deporte: riesgos, prevención y retorno seguro a la actividad física

“Hacer deporte no es en sí la causa directa de una hernia inguinal, pero sí puede favorecer su aparición o empeorar una debilidad preexistente en la pared abdominal"

Hernias inguinales y deporte: riesgos, prevención y retorno seguro a la actividad físicaCedida

La conocida como hernia inguinal no es solo cosa de hombres. Si bien es cierto que afecta a un 27 % de la población masculina, hay un 3% de mujeres que sufrirán a lo largo de su vida esta salida de una parte del contenido abdominal (normalmente grasa) a través de un punto débil en la pared muscular de la ingle, en la zona llamada conducto inguinal. 

Quien nos lo explica es el doctor Carlos Emparan, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Vitoria. El especialista nos detalla que, cuando dicha zona se debilita o se somete a presión repetida (por ejemplo, al cargar peso o hacer ciertos ejercicios de manera constante y frecuente), se puede abrir una “brecha” por donde se pueden escapar las vísceras abdominales. 

¿Si hago deporte tendré una hernia inguinal?

La práctica deportiva es una actividad que aporta numerosos beneficios tanto para la salud física como la mental. Sin embargo, en ocasiones, el exceso de ejercicio o una técnica inadecuada pueden conducir a lesiones que afectan nuestra salud y bienestar. 

Entre estas lesiones, la hernia inguinal es una afección común que puede limitar la capacidad de realizar actividades físicas y causar molestias significativas. Por ello, es fundamental que los deportistas estén informados y conozcan estas lesiones para cuidar su salud de la mejor manera.

La conocida como hernia inguinal no es solo cosa de hombres

“Hacer deporte no es en sí la causa directa de una hernia inguinal, pero sí puede favorecer su aparición o empeorar una debilidad preexistente en la pared abdominal. Es decir, el esfuerzo físico actúa como factor desencadenante sobre una zona ya vulnerable y sobre todo en casos de deportes como el fútbol donde se combina la torsión con una contracción abdominal fuerte puede sobrecargar la ingle”, concreta el doctor Carlos Emparan, que añade que los corredores también suelen ser deportistas que padecen de manera frecuente hernias inguinales. 

Vista lateral de un hombre jugando al fútbol

Los síntomas de la hernia del deportista pueden variar según las condiciones individuales de cada persona y la gravedad de la lesión. Generalmente, esta se manifiesta en forma de dolor en la región inguinal (sobre todo al realizar ese ejercicio), molestias al hacer esfuerzos, sensibilidad y dolor al tacto, así como inflamación. 

Antes de que esto ocurra, lo que nos recomienda este profesional del Hospital Quirónsalud Vitoria es fortalecer los músculos abdominales y de la pelvis de manera progresiva y equilibrada, evitar cargas excesivas sin progresión y mantener un peso corporal adecuado para que haya menos presión sobre la pared abdominal. 

Algo ya conocido por deportistas profesionales, pero que muchas veces desconocen amateurs que van al gimnasio, practican crossfit, hacen running o simplemente levantan peso sin la técnica adecuada. 

Los síntomas de la hernia del deportista pueden variar según las condiciones individuales de cada persona y la gravedad de la lesión

Ahora, con los buenos propósitos de este mes de septiembre de empezar a cuidarse es bueno saberlo de antemano. Unos buenos propósitos que, sin la prevención adecuada, a la larga puede llevar a una persona a la consulta pensando que es un “tirón” o “contractura” y resulta ser el inicio de una hernia.

Cuando ya no hay más remedio que operar

“En el caso de pacientes deportistas o personas físicamente activas, la cirugía laparoscópica de hernia inguinal suele tener ventajas importantes respecto a la cirugía abierta clásica: un menor dolor postoperatorio gracias a sus pequeñas incisiones, una recuperación más rápida y favorable o un menor riesgo de lesión nerviosa crónica entre otros beneficios”, explica al detalle el doctor Carlos Emparan.

Además, por fortuna, el especialista del Hospital Quirónsalud Vitoria nos confiesa que en cuatro o seis semanas y si todo ha salido según lo previsto, esa persona puede hacer ya vida normal.