En muchas ocasiones, no apreciamos la salud hasta que la perdemos. “Es algo muy humano darse cuenta del valor que tiene la salud cuando llega una lesión”, afirma Toni Pérez, fisioterapeuta y divulgador que acaba de publicar No te lesiones más.

QUIÉN ES

Toni Pérez es fisioterapeuta y divulgador apasionado por el movimiento y la recuperación de lesiones. Su compromiso con la fisioterapia lo llevó a crear contenidos accesibles para que cualquiera pueda aprender a cuidarse mejor. En No te lesiones más comparte consejos prácticos para entender, prevenir y recuperarse de las lesiones más comunes. Actualmente centra su trabajo en la divulgación, acercando la fisioterapia a miles de personas y siendo referente en el ámbito de la educación en salud.

En la primera línea nos regala una realidad palmaria: “Tu cuerpo es tu mejor compañero de vida”. ¿Lo tratamos como tal o abusamos de su aguante?

Cada persona lo considera su fiel compañero de forma distinta; algunos lo tratan debidamente y otros no tanto; probablemente por la juventud o por circunstancias de la vida, han tratado al cuerpo peor de lo que debían. Eso, antes o después, sale a la luz y se trasluce en enfermedades y factores de riesgo que derivan en problemas de salud. Es como la lotería, a más papeletas más probable es que te toque. En este caso, el premio es la lesión y nadie quiere eso.

El médico recomienda dieta correcta y ejercicio moderado para una buena salud. Comer poco o demasiado no es bueno, ¿pasa lo mismo con el ejercicio?

Sí, si hablamos, por ejemplo, de deporte de elite, porque no se suele considerar muy sano ya que no se da al cuerpo el necesario descanso al priorizar el rendimiento. En el otro extremo está el no hacer nada: esto es lo menos saludable. El ejercicio al final hay que considerarlo como un hábito más de las necesidades para vivir, como el comer. Nuestro cuerpo está hecho para el movimiento y para desarrollar su fuerza y capacidades propias, ya sea resistencia, velocidad. Si no le aportamos eso no estamos dándole lo que realmente quiere. Los extremos son negativos, pero el peor es el no hacer nada, porque entonces vives permanentemente lesionado.

"El cuerpo está diseñado para moverse. Si no haces nada de ejercicio, vives permanentemente lesionado”

Insta a ser proactivo con nuestros huesos, músculos y demás. ¿Qué debemos hacer para que la prevención sea parte de nuestra entente corporal? ¿Pagar un gimnasio, un fisio o simplemente calzarse las zapatillas?

Lo ideal es no ir al fisio; de hecho, si vas al fisio es porque estás mal. Las revisiones mensuales al fisio no se deberían hacer, primero para no gastarnos un dineral y, sobre todo, para poder ser autónomos de verdad; el ser humano está en la búsqueda de ser independiente al cien por cien. El ejercicio y el deporte conducen hacia la autonomía y la independencia, no hace falta ir al gimnasio para mejorar tus capacidades y sobre todo mejorar tu calidad de vida. Se puede practicar esfuerzo de muchísimas maneras sin ir al gimnasio: en ejercicios colectivos, actividades cotidianas…

Oficina, clase, horas con móvil y tele, sedentarismo… ¿también serán útiles sus indicaciones para quienes les motiva poco mover los músculos?

El libro al final es como una ruta por el cuerpo humano en formato guía que refleja la realidad del deportista y muchas realidades del oficinista. Hay lesiones prototipo de una persona que no se mueve mucho, que siempre está en la misma postura, en el mismo entorno; esa persona le da a su cuerpo un estímulo para que no haga nada, está muerto, en parálisis. Pero el cuerpo está hecho para moverse; por eso indico una serie de pausas activas, iniciativas para estar al menos un poquito de tiempo, cada media hora, en movimiento, para recordarle a nuestro cuerpo que está vivo. Ya hay empresas que apuestan por escritorios móviles para que la persona de repente trabaje de pie. Estas iniciativas buscan movimiento; sacar al ser humano de la burbuja sedentaria.

¿Sus recomendaciones son para un profesional, un aficionado o cualquier persona? ¿A quién le puede ayudar más?

Las recomendaciones las hago tras muchísimo tiempo divulgando sobre el conocimiento anatómico del cuerpo humano, llevándolo al ejercicio práctico para todos. Mi objetivo es que las personas interioricen cómo es su cuerpo, cómo funciona y cómo entrenar para activarlo. Es importante tener esa conciencia corporal. Los consejos están escritos en el mismo lenguaje que cuando divulgo; van enfocados más al sector popular que al profesional, pero también ayudará a muchos estudiantes a entender de forma cercana y próxima la lesión.

¿Notan los fisios en febrero las consecuencias de quienes en enero deciden iniciar el año nuevo con una inmersión de gimnasio?

Sí que se nota. Me preguntan y les recomiendo que no se obsesionen, porque al principio se progresa, pero no deben convertirlo en obsesivo y no disfrutarlo. Intento provocarles la adherencia a un deporte para que se convierta en parte de su vida, para gestionar sus dolores, mentalidad y forma física, con capacidad de disfrutar del proceso. Fortalecerse sin obsesionarse, comer correctamente, dormir bien y saber que el ejercicio además de endurecer abdomen y bíceps, ayuda a cambiar la vida a mejor.

¿Qué papel juegan las lesiones posturales? ¿Siguiendo sus indicaciones reduciríamos estas lesiones habituales?

Reducir lesiones es difícil, porque una lesión tiene muchos contextos. Cada persona escoge su postura según lo cómoda que esté. Usain Bolt sufría escoliosis y no le ha impedido ser un deportista de elite; hay miles de casos de asimetrías corporales en el deporte de elite que evidencian que no tiene tanta importancia una postura negativa. La recomendación es intentar producir movimiento, entrenar tu fuerza y ser más móvil, no quedarte parado, porque la lesión viene cuando nos paramos; el principal hábito es instaurar el movimiento, aunque sea trayectos cortos al trabajo; es supernecesario en nuestro día a día, no esporádicamente.

Toni Pérez es un referente en el ámbito de la educación en salud. Daniel Díaz Sánchez

Sólo recordamos a santa Bárbara cuando truena. ¿Vale con cuidar el cuerpo solo cuando algo falla? ¿O acude a sus sesiones algún precavido que va a preparar su cuerpo para el ejercicio?

Se suele ver en el deporte de elite; los deportistas se preparan de forma activa alimentándose y descansando bien, se entrenan bien y no se fatigan, no hay problema. Pero si no haces esto, solo te das cuenta de la lesión cuando ya ha llegado. Y es entonces cuando ves la importancia de la salud, pues a los cinco segundos en tu cabeza entra un duro pensamiento súbito: he perdido muchísima capacidad y a día de hoy no soy independiente. Aceptar eso es una realidad difícil que lleva tiempo y, además, en el mundo tan frenético en el que vivimos, la gente lo que quiere es recuperarse ya. Así que la principal vía para no lesionarte es que tu cuerpo esté cuidado, de modo que el día que pudieras lesionarte te pille con tus capacidades al máximo. Si te pilla así, evitarás la lesión.

Prevención, recuperación… y ¿la constancia? En un mundo de prisas, ¿cómo se convence a alguien para que haga flexiones diarias 365 días al año?

Para mí, se convence a una persona para hacer ejercicio teniendo muchísima mano izquierda, intentando no ser dogmático. A quien no hace ejercicio hay que atacarle con todo lo positivo que te da el ejercicio. Si entra en la rueda del ejercicio a nivel social va a mejorar porque tendrá mejor autoestima, y a nivel laboral también, porque va a tener un momento en su vida para desestresarse, sin fumar ni alcoholizarse ni otras prácticas. Hay que hacerlo siendo consciente de que va a mejorar su fuerza, su resistencia; la constancia es una palabra muy bonita pero de las más difíciles de conseguir, por la tendencia de la nueva generación, en la que estoy dentro, de no tener un hábito de constancia y querer todo de inmediato. En el apagón vimos la incapacidad de poder estar cuatro horas sin hacer algo, de aburrirnos; hemos perdido la capacidad de aburrirnos y es un problema porque con ello estamos perdiendo cierta capacidad de pensar.

“El ejercicio te puede cambiar la vida en todos los aspectos”

Esguince leve, rodilla inflamada, cadera tocada, espalda dolorida… es una cadena consecuencial habitual. ¿Somos conscientes o solo cuando ya necesitas una prótesis?

La prótesis es lo que más asusta a la mayoría de la población, pero en el día a día el propósito no es librarse de ellas. Son consecuencias; la vida es como una montaña, la escalamos con 30, 40 y 50…, vivimos más, la salud mejora, pero tarde o temprano llega la caída. Las mujeres muy pautadas con la llegada de la menopausia, pero en los hombres también. En esa caída, cuando más hayas escalado la montaña, más difícil será que llegues al pozo de la caída, que es cuando llegan las prótesis. La gente es consciente de que puede llegar a necesitar una prótesis en su rodilla, pero no lo refleja en su trabajo diario.

En su libro las recomendaciones de cuidado abarcan todas las edades, pero, ¿en qué etapa de la vida es más necesario el cuidado musculoesquelético?

En todas, pero específicamente me quiero dirigir al sector que, por estadística, menos ejercicio hace, que son las personas que superan los 40-50 años. Piensan que, como no han hecho ejercicio en su vida, ya no sirve para nada y están muy equivocadas. Muchas morirán con estas falsas ideas. En esa época de su vida es cuando todavía preservan sus capacidades y pueden lograr que esa caída no sea tan en picado, sino más pausada e incluso mejorar. Pueden progresar y ser independientes. Cualquier persona, al margen de su edad, va a mejorar sus capacidades mediante el movimiento y el ejercicio. Para mí, esa es la etapa más vulnerable y donde más se necesita tener un mantenimiento activo.