La muerte por meningitis de la gimnasta María Herranz Gómez, de 17 años y vecina de Cabanillas del Campo (Guadalajara), ha conmocionado al mundo del deporte y ha vuelto a poner el foco en esta devastadora enfermedad.

¿Qué es la meningitis?

La meningitis es la inflamación de las meninges, que son unas membranas que cubren todo el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y del líquido cefalorraquídeo que contienen.  Los microorganismos causales más frecuentes son, además del 'N. meningitidis' (meningococo), el 'S. pneumoniae' (neumococo) y 'Haemophilus influenzae', si bien este último prácticamente ha desaparecido en muchos países desde el uso generalizado de la vacuna.

Según ha informado la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha en un comunicado tras la muerte de la joven gimnasta, aunque no son enfermedades muy frecuentes, la meningitis y la sepsis sí son graves. Y es que cuando alguien tiene sepsis meningocócica, las bacterias entran en el torrente sanguíneo, se multiplican y dañan las paredes de los vasos sanguíneos, y esto causa hemorragias en la piel y los órganos.

¿Cuáles son los síntomas de la meningitis?

Los síntomas de la meningitis varían en función de la causa, la evolución de la enfermedad, la afectación encefálica (meningoencefalitis) y sus posibles complicaciones (como, por ejemplo, septicemia). Sin embargo, algunos de los síntomas más frecuentes con fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos o rigidez de nuca.

Algunos de los síntomas menos frecuentes de la meningitis son las convulsiones, las deficiencias neurológicas (como puede ser la pérdida de visión, audición o la debilidad de extremidades) e incluso el coma

¿Cómo se transmite?

La transmisión es diferente para cada microorganismo. En el caso de meningococo, que era muy frecuente en los 80 y 90 del siglo pasado, se transmite por vía aérea y puede haber brotes. Esta bacteria es la única para la que hay que administrar profilaxis a los convivientes para evitar nuevos casos y precisa aislamiento respiratorio las primeras 24 horas de tratamiento.

Las otras bacterias que son causa frecuente de la meningitis suelen formar parte de la flora faríngea y por alguna razón consiguen llegar al líquido cefalorraquídeo, ya sea por contigüidad, como complicación de otitis por ejemplo, o por la sangre.

Grupos de riesgo

Aunque la meningitis afecta a todas las edades, los neonatos y niños pequeños son los que más riesgo tienen. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los recién nacidos corren más riesgo de infección por el estreptococo del grupo B y los niños pequeños por meningococos, neumococos y Haemophilus influenzae.

Los adolescentes y los adultos jóvenes tienen más riesgo de contraer infecciones por meningococos, mientras que las personas de edad corren un riesgo más elevado de contraer infecciones por neumococos.

En casos más concretos, los pacientes que no tienen bazo y los que tienen algunas enfermedades, como mieloma, tienen más riesgo de meningitis neumocócica, mientras que los pacientes con enfermedades inmunosupresoras como leucemias que bajan las defensas pueden tener mayor riesgo de meningitis por listeria.

Prevención

La medida más eficaz para luchar contra esta enfermedad y sus nefastas consecuencias es la vacunación sistemática desde edades tempranas de la vida. Las vacunas existentes hasta ahora pueden prevenir la enfermedad causada por:

  • Meningococos
  • Neumococos
  • Haemophilus influenzae de tipo B

Protocolo de actuación ante un caso de meningitis

En casos como el de la muerte de la joven Herranz Gómez, se recomienda la administración de quimioprofilaxis a los contactos estrechos lo antes posible, ya que estos contactos tienen un riesgo aumentado de desarrollar meningitis respecto a la población general. Especialmente en los primeros 7 a 10 días tras la aparición del caso.

La quimioprofilaxis es la medida que primero se toma y la decisión de ofrecer la vacunación deberá plantearse cuando se tengan los resultados del tipo de meningococo.