Seguro que en más de una ocasión has notado un pitido en el oído y, según la creencia popular, esto significa que alguien se está acordando de ti. Si el que te pita es el oído derecho, no hay problema, ya que está hablando bien, pero si sientes el pitido en el oído izquierdo, es que ese alguien te está dando un buen repaso.
Pues bien, la ciencia nunca ha respaldo nada acerca de esta afirmación y se refiere a este tipo de pitidos o zumbidos como acúfenos o tinnitus (tintineo en latín), los cuales consisten en la percepción de un sonido cuando no hay ninguna fuente sonora externa que lo emita. Pueden producirse en uno o en los dos oídos y en el caso de que se dé solo en uno, lo más habitual es que sea en el izquierdo.
Estos acúfenos también se conocen como percepción auditiva fantasma, ya que se trata de una percepción subjetiva puesto que el pitido solo lo escucha quien lo padece. Son muy comunes y pueden percibirse también como zumbidos, rugidos, siseos, rinrineos, chasquidos o murmullos. Pueden ser temporales o intermitentes, su intensidad puede variar y pueden tener tonos distintos, que van desde los más graves a los más agudos.
Si el pitido es leve, como por ejemplo el que se puede producir puntualmente tras asistir a un concierto, a una discoteca o a un espectáculo de fuegos artificiales, la mayoría de las veces desaparece de forma espontánea. En el caso de que los acúfenos sean continuos o persistentes, lo más recomendable es acudir a un especialista para dar con la causa y, si es necesario, establecer el tratamiento correspondiente.
Causas
El origen de este zumbido puede deberse a distintas causas, pero en la mayoría de los casos se produce por un error del sistema auditivo que consiste en una vibración de los tejidos que rodean los oídos. Este se puede deber a la exposición continua a ambientes ruidosos, a la escucha prolongada de música con auriculares a un volumen elevado o al efecto secundario de un medicamento ototóxico (que puede dañar los oídos). Una infección de oído, un tapón de cera, problemas cervicales, alteraciones emocionales o del sistema nervioso son otros motivos que pueden desencadenar o empeorar un acúfeno.
Los pitidos deben ser motivo de consulta médica cuando sean frecuentes e interfieran en el día a día de la persona que los sufre y también si se producen después de una infección en las vías respiratorias superiores, una pérdida auditiva o mareos.
Consejos
Proteger los oídos del ruido es muy importante para evitar las consecuencias que puede tener sobre la audición una exposición excesiva a él. Algunos aspectos a tener en cuenta son:
1- Mantener un volumen bajo y emplear niveles seguros de exposición al ruido. Se recomienda que sea inferior a 85 dB para una duración máxima de 8 horas diarias. Se puede reducir el volumen con tapones para los oídos, cascos o auriculares que aíslen del ruido y regulando el volumen de los dispositivos de uso personal.
2- Reducir el tiempo de exposición. Se pueden hacer descansos para reducir la duración total de exposición, alejarse de la fuente de ruido (por ejemplo, altavoces) y reducir el tiempo de uso de los dispositivos de audio personales.
3- Prestar atención a las señales de alerta de pérdida auditiva. Es importante que ante una sospecha se acuda a un otorrino para que pueda evaluar la capacidad auditiva y determinar la solución en cada caso.
4- Revisar la audición de forma periódica. Se recomienda revisar la audición al menos una vez al año, sobre todo aquellas personas más vulnerables que mantengan una exposición continuada a ruidos fuertes.
5- Evitar la producción de ruido. A diario generamos una gran cantidad de ruidos, en muchos casos innecesarios. Es importante respetar el silencio de los demás, por lo que entre todos debemos contribuir en la medida de lo posible a reducir la contaminación acústica: reducir la velocidad del tráfico en las ciudades, emplear electrodomésticos silenciosos, etc.
Cuidar la salud auditiva es imprescindible para disfrutar de una buena calidad de vida. Oír bien permite mantener unas buenas relaciones sociales y, sobre todo en personas mayores, reducir la sensación de aislamiento y soledad.