La forma más habitual a la hora de administrar un medicamento es la vía oral (por la boca) y las formas farmacéuticas sólidas (comprimidos y cápsulas) son las que más se utilizan. Sin embargo, tomar un medicamento no siempre es fácil y más cuando se trata de menores, de personas mayores o de pacientes con ciertas patologías.

Ponerse nervioso al ir a tomar el medicamento por el temor a atragantarse o a hacerse daño en la garganta tampoco ayuda. Y es en ese momento cuando se nos van a ocurrir todo tipo de alternativas para no tener que tragarlo entero. Nos plantearemos abrirlo, partirlo, triturarlo o mezclarlo con algún alimento para que pase, a poder ser, sin que nos demos cuenta.

Sin embargo, no todos los fármacos se pueden manipular, ya que hacerlo puede poner en riesgo el tratamiento e incluso resultar perjudicial para la salud: pueden provocar algún efecto adverso, aumentar los efectos secundarios, producir errores de dosificación, perder eficacia o incluso aumentar su potencial tóxico.

Normas básicas

Lo más prudente es no manipular nunca los medicamentos, puesto que hay formas farmacéuticas para tomar por vía oral que no están adaptadas para ser partidas o trituradas sin que se vean alteradas sus propiedades. Para obtener información precisa de un medicamento en concreto se debe consultar su prospecto y, en caso de duda, lo mejor es preguntar al médico o al farmacéutico. Sin embargo, a modo orientativo, se pueden establecer una serie de normas básicas a la hora de saber si se puede manipular o no un medicamento. Algunas de ellas son:

- Comprimidos con ranura. Los comprimidos con ranura no recubiertos se pueden partir para ser tragados con mayor facilidad, sobre todo si son grandes, en cuyo caso se recomienda usar un cortador para que no queden puntas que puedan raspar la garganta. Además, se deben ingerir siempre las dos mitades porque si no puede que el principio activo no esté repartido de forma igualitaria. Si se pueden partir, también se podrán triturar o masticar, aunque probablemente su sabor no sea muy agradable.

Distintos tipos de cápsulas y comprimidos con ranura. Freepik

- Comprimidos recubiertos. Aunque algunos de estos comprimidos tienen una ranura en medio, esto no significa que se puedan partir. Las formas recubiertas nunca deben fraccionarse y tienen que tragarse enteras. Ese recubrimiento puede tener diversos fines como evitar efectos indeseables a nivel gástrico o impedir la degradación del fármaco.

- Cápsulas. Generalmente no se deben abrir ni manipular, sobre todo en el caso de presentaciones cuyo principio activo es inestable, en formas efervescentes o grageas, si tienen un estrecho margen terapéutico, si contienen sustancias irritantes, si están indicadas para chupar o masticar o si contienen forma líquida, en el caso de las cápsulas blandas.

- Medicamentos de liberación modificada. No se deben romper ni triturar, ya que se trata de formas farmacéuticas retard, de liberación retardada, sostenida, prolongada o controlada, cuyas fórmulas han sido desarrolladas para que el principio activo se libere de una manera determinada y no administrarlo de la forma adecuada le haría perder sus propiedades.

- Medicamentos de actuación en un lugar concreto. Mientras algunos comprimidos y pastillas se disuelven en el estómago otros están pensados para que esto ocurra en el intestino y partir, abrir o triturar la pastilla puede afectar a su acción.

- Fármacos mezclados con otros alimentos. No siempre es posible tomar un fármaco diluido en algún alimento puesto que algunos de ellos deben tomarse con el estómago vacío. Además, en caso de hacerlo, hay que diluirlo en una pequeña parte de la comida para garantizarnos que se toma la dosis completa. También hay que tener en cuenta que algunos medicamentos, como las tetraciclinas, no pueden mezclarse con leche ni con derivados lácteos.

Una mujer abre una cápsula para diluir su contenido en agua. Freepik

Antes de manipular cualquier fármaco, lo mejor es buscar la forma farmacéutica que sea más adecuada para cada persona. Muchas veces podemos encontrar el mismo principio activo en otra formas sólidas como comprimidos masticables, dispensables (que se disuelven en agua) o bucodispensables (que se disgregan en la boca), en formas líquidas, como jarabes o soluciones orales, o efervescentes, en granulado o en comprimidos, mucho más fáciles de tomar.

Puesto que no existen unas reglas generales que sirvan para todos los medicamentos sin excepción, es necesario consultar siempre su ficha técnica o confirmar con el fabricante acerca de si es seguro o no manipular un determinado medicamento. En temas de salud, toda precaución es poca.