Verano es sinónimo de vacaciones, diversión, quedarse despierto hasta tarde y dormir cuanto deseemos, pero hay un inconveniente: las noches excesivamente calurosas. El sudor no nos deja descansar, por lo que se convierte en un dolor de cabeza y una pesadilla. Por eso, solemos dejar encendido el ventilador toda la noche porque así se refresca el ambiente y dormimos mejor.
Además de ser más económico que el aire acondicionado, es un recurso sencillo, pero hay que tomar las debidas precauciones ya que podemos sufrir un resfriado, sequedad en la piel y en la garganta, dolor muscular o irritación en los ojos. Asimismo, el ventilador hace un ruido constante, lo que puede afectar a nuestros oídos, nos puede provocar dolor de cabeza, congestión nasal y dificultar la conciliación del sueño.
Varios estudios afirman que sí podemos usar el ventilador durante la noche, pero siempre tomando algunas precauciones. Debemos colocarlo lo más cerca posible de una ventana abierta orientando hacia afuera, de forma que se eliminen las partículas de posibles virus y del polvo de la casa.
Nunca debe darnos directamente en la cara y en el cuello porque si hay bacterias puede mandarnos aire contaminado. Para evitarlo debemos poner el modo giratorio del ventilador de forma que el aire no vaya siempre en la misma dirección. Además, hay que mantener limpias las aspas del aparato para que cuando empiece a girar no distribuya las posibles bacterias.
También se debe programar para que se encienda y se apague cada cierto tiempo, así le damos un respiro a nuestro cuerpo del aire frío. Asimismo, el aire del ventilador no es bueno para los músculos, pues su uso prolongado puede hacer que aparezcan contracturas o rigidez muscular. Según los especialistas, hay que colocar el ventilador lo más lejos posible de la cama para que refresque el ambiente y elimine posibles virus de la habitación mientras dormimos.
Otras opciones
Como alternativa al ventilador podemos refrescarnos dándonos una ducha tibia antes de dormir, así la sensación de calor disminuye y nos ayuda a dormir mejor. También podemos utilizar sábanas de algodón porque son más transpirables y ligeras, sobre todo las de color blanco y las de color beige. Además, también podemos instalar un purificador de aire para evitar el polvo de suspensión, beber agua o realizar un lavado nasal antes de dormir.
Sin embargo, si eres una persona calurosa y no puedes dormir sin aire, los expertos aconsejan poner el ventilador a una velocidad moderada y a una temperatura no inferior a 20 ºC. También podemos utilizar los ventiladores de techo.
Es tan agobiante dormir con temperaturas elevadas que muchas veces usamos el ventilador como último recurso, pero tenerlo encendido durante la noche, a veces, puede provocarnos algún que otro inconveniente.