En colaboración con José Antonio Sande, maestro de Educación Física y terapeuta emocional, ha publicado Reactívate (Ed. Desclée de Brouwer), donde ambos autores hacen hincapié en los beneficios físicos, fisiológicos y psicológicos del ejercicio físico para la salud de las personas. Pero en este libro van más allá, intentando profundizar también en los aspectos emocionales y espirituales vinculados al deporte. "Cada día es más evidente la importancia del desarrollo de la salud emocional, fundamentalmente por las carencias en ella desde la infancia, y su relación con la práctica deportiva", recalcan. ¿Es el deporte una moda o una necesidad? ¿Es locura o cordura ver a infinidad de personas practicando ejercicio físico en parques, montañas o gimnasios? ¿Lo hacen para evadirse o para encontrarse, por salud o por mejorar aspectos estéticos? ¿Qué sienten en lo más profundo de ellos mismos? Sobre todo ello reflexionan los especialistas Casimiro y Sande en un libro que "supone la comprensión del ejercicio físico y el deporte como una herramienta excepcional para el equilibrio emocional, personal y relacional, así como para la pacificación de la mente, las emociones y el espíritu. Reactivarse es emocionarse y cargarse de energía a través del movimiento consciente (e-motion), para poder iluminar tu camino y dar luz a los demás, incrementando el autoconocimiento y la autocompasión. No hay mejor modo para estar bien con los demás que estar bien con nosotros mismos", sentencian. Hablamos con Casimiro de este universo saludable.

¿La asignatura de Educación física sigue siendo una maría

Estamos intentando implementar que la actividad física sea la más importante del currículum. Lo es así por la promoción de la salud holística de las personas, porque favorece el desarrollo físico, mental, emocional y espiritual. También es fundamental porque genera felicidad. Si hacemos educación física estamos desarrollando circuitos neuronales cerebrales que se quedan grabados en la mente del niño y más adelante, cuando sea adulto, eso ya no se olvida.

¿Otro motivo es la transmisión de valores?

Sí. En el deporte nunca se pierde, ganas unas veces y siempre se aprende: por ejemplo, a la hora de la solidaridad, del respeto, de la superación, de la cooperación, la resiliencia€ Eso siempre y cuando la educación física esté desarrollada poniendo el foco en el proceso, donde no sea lo más importante el rendimiento, sino el disfrute y el esfuerzo personal.

Con la educación física podemos hacer frente también al ocio permanentemente pasivo que traen las nuevas tecnologías que nos invaden.

Sobre todo los niños, que hoy en día están amenazados todo el rato por las pantallas. Tenemos que favorecer un ocio activo en lugar de ese ocio pasivo que, en efecto, nos está invadiendo. Los niños están actualmente atrapados por las pantallas, así que tenemos que favorecerles un ocio activo: que vayan más al campo, a la naturaleza, y no tanto a seguir comprando. Otro aspecto importante es la energía. Somos bombillas con patas, y una buena educación física favorece que tengamos endorfinas, lo que a su vez genera que tengamos estímulos de bienestar, de confianza, de plenitud, de felicidad, al mismo tiempo que una gran paz interior y tranquilidad. Porque cuando hacemos una actividad física placentera se producen dos hormonas, que se llaman serotonina y dopamina, que son relajantes del sistema nervioso central y favorecen nuestra tranquilidad.

Además, se dice que en un cuerpo pacificado no hay lugar para la agresividad.

Cuando tenemos un niño estresado con las tareas y con los exámenes, y se da un paseo o realiza un deporte concreto para él, está mucho más tranquilo consigo mismo. Lo mismo sucede cuando tú estás agobiado de trabajo. Hay tantísimas razones por las que la Educación física no debe ser una asignatura maría que no las puedo enumerar todas, pero me gustaría añadir algo: una cosa es lo físico, educar el cuerpo, y otra educar integralmente a través de lo físico. Es decir, educar holísticamente al niño por el movimiento, la educación emocional, la espiritual, para la paz€ Todo, insisto, a través del movimiento. Muchos especialistas estamos trabajando ya en numerosos colegios de todo el Estado, y para ello contamos con el profesorado, al que le impartimos docencia en esta línea.

¿Los docentes son clave para que el alumnado aprenda a querer al deporte?

Sin ninguna duda. He visto vídeos en los que algún profesor discrimina al alumno por su aspecto personal, por su competencia motriz, por su condición física€ Eso es inadmisible, porque el profesor tiene una tremenda responsabilidad a la hora de educar en la autoestima, ya que de lo contrario se puede hundir a un niño para siempre. Si lo humillas por su aspecto corporal, si lo ridiculizas, si le haces un comentario negativo por su estética o por su sobrepeso puedes hundirlo para siempre. Por lo tanto, la educación física es importante porque el deporte no es intrínsecamente algo deportivo; quien lo convierte en educativo es la persona que está al frente de los niños.

Habla en su libro de entrenador de niños frente a entrenador estresador

Es que tanto el profesor de Educación física como el responsable de actividades extraescolares, si no están emocionalmente equilibrados y sin una buena preparación en temas relacionados con el desarrollo humano, pueden llegar a ser un elemento de discordia en el progreso de un niño.

Hay mucha gente que practica deporte, pero al mismo tiempo la obesidad es una pandemia en la sociedad actual.

El Covid nos ha demostrado que cuando estábamos encerrados deseábamos salir a los parques, a caminar, a pasear en bicicleta... Se ha incrementado la práctica físico-deportiva, pero no se ha aumentado de forma paralela la cultura físico-deportiva. Hay más gente que practica deporte, pero sin control. Esto es como un fármaco: si ese fármaco lo prescribe el médico tendrá en principio una dosis óptima, porque la mínima no produce beneficio y la excesiva resulta perjudicial para la salud. Por lo tanto, debemos encontrar la dosis necesaria para que el fármaco sea saludable.

¿Y con el deporte ocurre lo mismo?

En el ejercicio físico no vale el chocolate para todos. Cada uno necesita su dosis adecuada, una prescripción precisa según sus intereses, según su salud, sus necesidades, su calidad de vida... El ejercicio físico tiene que ser personalizado.

Los médicos ya prescriben caminar para mejorar la salud. ¿Es suficiente?

Los médicos son cada vez más conscientes de la necesidad de salir a caminar, y hay que hacerlo por muchos motivos: porque es un trabajo aeróbico, porque estás en contacto con la naturaleza, y porque estás favoreciendo el flujo sanguíneo y el ritmo respiratorio. El mejor ansiolítico de todos es caminar, pero también es necesario incorporar el trabajo de fortalecimiento muscular, fundamentalmente en personas adultas, entre los mayores y en mujeres después de la menopausia.

¿Por qué?

Porque si no tenemos una buena salud muscular se va a favorecer la osteosarcopedia, que es la osteoporosis y la sarcopedia, la falta de fuerza y masa muscular, y eso hará que se tenga menos capacidad para afrontar las funciones de la vida cotidiana, como levantarse de una silla. Por lo tanto, es imprescindible combinar el fortalecimiento del trabajo muscular con el trabajo aeróbico, que es caminar, bailar, y también sería importante en personas adultas el trabajo de movilidad articular, para disminuir la posibilidad de procesos degenerativos artrósicos y la estimulación cognitiva del movimiento, para prevenir el día de mañana trastornos degenerativos. Porque esta es una sociedad que envejece a pasos agigantados, y si permitimos que las personas cada vez más mayores lleguen con trastornos degenerativos se va a convertir en una sociedad enferma que tendrá que ser mantenida. Podríamos favorecer el desarrollo de la reserva cognitiva a través de gimnasias cerebrales y estimulación cognitiva desde el movimiento. Por lo tanto, no solo vale con salir a caminar, sino que debemos favorecer el trabajo multicomponente para el desarrollo integral del ser humano.

¿Es eso de cuerpo sano, mente sana?

Yo también añadiría emociones sanas. El trabajo de mente y cuerpo ya lo abordé en mi libro Actívate. Ahora, con Reactívate, se da un paso más, porque estamos viendo unas mentes muy alocadas en cuerpos abandonados, lo que hace que la principal carencia de la sociedad actual sea la falta de la inteligencia emocional para hacer frente a las situaciones tan cambiantes que estamos viviendo, como el Covid, el alza de precios, catástrofes como la de La Palma... Pero aquellos niños que no son educados emocionalmente y con carencias que no se abordan ni desde el colegio y la familia, provocarán que cuando haya una incidencia tengamos poca resiliencia a la situación, y esto nos puede arrastrar a que no tengamos herramientas para hacer frente a la adversidad. Todo esto está provocando que el suicidio sea la primera causa de muerte entre los jóvenes y que haya más conductas violentas en la sociedad.

¿Porque no tenemos la suficiente inteligencia emocional para enfrentarnos cuando nos vienen mal dadas?

Porque no tenemos esas herramientas emocionales para ser a empáticos y ponernos en el lugar del otro, ni autoestima con nosotros mismos, y estamos pendientes en lo de fuera en lugar de poner el foco en lo de dentro, en la educación integral. Hay carencias emocionales en la sociedad actual que tenemos que mejorar a través del movimiento. El ejercicio físico adecuado puede ayudar mucho a la introspección, a la mirada interior, a conocernos a nosotros mismos y a superarnos continuamente para ser mejores personas.

Si más vale tarde que nunca, ¿podemos engancharnos al ejercicio físico de adultos?

Claro. Nunca es tarde para introducir en nuestra vida hábitos saludables. Por ejemplo, estamos trabajando con empresas saludables, en Euskadi y en Navarra, con muchos centros. En Navarra, Mikel Izquierdo y su equipo cuentan con programas educativos dirigidos también a personas mayores y están comprobando cómo se puede disminuir la incidencia de la sarcopenia y mejorar la funcionalidad de estos colectivos. En el País Vasco y en Navarra tenéis unos profesionales excepcionales, y lo demuestran a diario. La infancia es la etapa más importante, la edad idónea para empezar con el deporte, pero nunca es tarde. Incluso en las residencias de mayores, en los centros hospitalarios, en el ámbito domiciliario, hay que abordarlo, pero el ámbito educativo es muy importante, porque todos los niños pasan por la escuela.

¿Qué supone este libro?

La comprensión del ejercicio físico y el deporte como una herramienta excepcional para el equilibrio emocional, personal y relacional, así como para la pacificación de la mente, las emociones y el espíritu. Reactivarse es emocionarse y cargarse de energía a través del movimiento consciente. No hay mejor modo para estar bien con los demás que estar bien con nosotros mismos.

¿Menos medicamentos y más movimiento?

Los ansiolíticos, los antidepresivos y los fármacos que afectan al sistema digestivo son hoy por hoy los más consumidos. El intestino es nuestro segundo cerebro. Si vivimos en estrés permanente, en el sedentarismo, en la mala alimentación y en las carencias emocionales, estaremos provocando daños intestinales, que es donde se segregan la serotonina y la dopamina, donde nos restauramos. Seguimos consumiendo todos estos medicamentos como consecuencia de que no nos movemos de una forma sana, porque también el exceso de ejercicio puede producir daños. Con el movimiento consciente, el placentero, disminuiremos el consumo de medicamentos. Así que menos pastillas y más zapatillas.

QUIÉNES SON

Antonio Jesús Casimiro Andújar es Doctor en Educación Física, profesor titular de la Universidad de Almería, preparador físico y coach personal de deportistas de alto rendimiento, premio extraordinario de tesis doctoral y autor de numerosos libros y publicaciones. Director de varias tesis doctorales y proyectos de investigación y conferenciante habitual en diferentes eventos nacionales e internacionales, trabaja como consultor en numerosas empresas e instituciones para la promoción de programas de actividad física y salud holística, equilibrio psico-físico, educación emocional y valores a través del deporte, envejecimiento activo€

José Antonio Sande Martínez es maestro de Educación Física y terapeuta emocional con larga trayectoria docente en los ámbitos público y privado. Dedicado al mundo de la docencia y de la terapéutica, transmite su conocimiento en clases, conferencias y redes. Ha escrito una docena de libros sobre el mundo emocional y acerca de la terapia emocional con Flores de Bach.