En 2019 Jonnes creó la primera comunidad privada para Buscadoras de Embarazo (creandovida.com) donde cientos de mujeres comparten cada día su camino hacia la maternidad. Ha entrevistado a más de 50 expertos en fertilidad de todo el mundo y documentado miles de casos de infertilidad de parejas reales. Esto le ha permitido tener una amplia visión, tanto física como emocional, de la fertilidad. "La búsqueda del embarazo es un camino a recorrer, que puede ser más largo o más corto, pero deberíamos saber saborear cada paso de ese camino. Qué pena que no nos hayan preparado para ello", se lamenta. Vivió en primera persona problema de la infertilidad y tuvo a su primer hijo gracias a la reproducción asistida. "A mí no me cuesta contar las cosas; lo comentaba pero mucha gente no me entendía", reconoce.
-¿Incomoda decir que se es infértil?
Muchas personas piensan que les falta algo, que son imperfectas, pero tener la oportunidad de contarlo te alivia mucho. Pensé: ¿Por qué no voy a relatar mi experiencia si con ella puedo ayudar a otras mujeres? Lo comenté por Youtube y enseguida tuve miles de seguidoras que se encontraban en una situación parecida a la que yo pasé.
-¿Vivían su problema en privado?
Las mujeres me escribían y me contaban cómo sobrellevaban su imposibilidad de ser madres, cómo se sentían solas. Eso me animó a meterme de lleno en la divulgación. Quería ayudar a las parejas que no sabían a quién recurrir; en la comunidad privada tienen un espacio en el cual se sinceran, dan rienda suelta a lo que pasan y también tienen acceso a información, y luego hay otro espacio en el que pueden consultar con los profesionales, con grupos de apoyo. Son lugares donde se sienten seguras.
-La búsqueda de embarazo no es siempre un camino fácil...
Ojalá todas nos quedáramos embarazadas a la primera en el momento que lo deseáramos, pero esto desgraciadamente no es así. De repente, lo que debería ser una etapa preciosa de tu vida se convierte en una pesadilla. La aparición de la regla todos los meses hace mella y la desesperación por no cumplir nuestro sueño nos envuelve.
-¿Lo dice por propia experiencia?
Sí. Además, los pilares sólidos de nuestra relación de pareja se tambalean y te sientes sola y rara y, lo peor, obsesionada. De repente no piensas en nada más, solo en la búsqueda del embarazo.
-Pero lo normal tampoco es quedarse embarazada a la primera.
Se suele tardar unos meses en lograrlo aunque todo esté bien. El ser humano como especie tiene muchos fallos a nivel reproductivo. En mi caso personal, cuando anhelaba tanto quedarme embarazada, al ver a una embarazada pasar la observaba y sin darme cuenta me imaginaba su vida perfecta.
-¿Vivía la vida de la otra?
Me tocaba la barriga como si pudiera contagiarme de esa magia.
-¿En qué consiste el libro?
Es un viaje a través de mi propia historia, y por otro lado, cada capítulo contiene estrategias, técnicas y claves efectivas muy valiosas, aplicadas ya por miles de parejas que han compartido con ella su búsqueda y que les ha ayudado a vivir esta etapa de la vida con ilusión, positividad y felicidad.
-¿Cuántos hijos tiene usted?
Dos. El primero fue por reproducción asistida, pero el segundo llegó de manera natural. Cuando les cuento mi historia a las chicas de la comunidad se dan cuenta de que no hay que perder la esperanza. Actualmente hay muy pocos casos de parejas que desean tener hijos en los que no se puede hacer nada; las técnicas han mejorado muchísimo en los últimos años.
-Pero no todas las mujeres quieren someterse a un tratamiento de fertilidad.
Claro, y muchas con razón, porque en ocasiones suelen ser tratamientos complicados y no se consiguen resultados a la primera. Esto también suele crear frustración. Hay parejas que prefieren la adopción.
-¿Siguen existiendo muchos tópicos sobre este tema?
Por lo general te suelen decir que estás obsesionada con el embarazo y que cuando te relajes llegará; que piensas demasiado en ello, que te vayas con tu pareja de vacaciones y que después seguro que llegará el niño. Te lo suelen decir muy a menudo y son frases que duelen. Luego están las mujeres que sufren abortos y no lo cuentan por vergüenza. O te comentan los casos de parejas que estaban en fase de adopción y se quedan, en medio de los trámites, embarazadas. Hay poca empatía social ante estos problemas.
-Hablamos de la infertilidad femenina, pero en el 50% de los casos de la no llegada de un embarazo la culpa es del varón.
Una vez una médico de reconocido prestigio me dijo: Si esto fuera un partido de fútbol habría tres jugadores: el útero, los ovarios y los espermatozoides. Muchos problemas vienen de factores masculinos. Por otro lado, nos encontramos con la idea muy extendida de que el hombre siempre es fértil, y eso no es real. Además, la fertilidad está asociada a la virilidad y eso también es falso, un tópico que hay que trabajar para desmontarlo.
-Si las mujeres hablamos poco de este tema, ellos mucho menos, ¿no?
Se suelen esconder detrás de ellas. Son las mujeres las que buscan la información, preguntan, las que intentan moverse, hallar soluciones. Siempre hay alguno que no, pero generalmente ellos lo viven aún más de peor forma.
-¿Hasta qué edad recomendaría la fertilidad in vitro?
Según los especialistas, a partir de los 35 años la fertilidad cae en picado en las mujeres. Desde esa edad nuestra reserva ovárica se va al aire. Ahora, en el Estado español hasta los 50 años puedes optar a un tratamiento in vitro, aunque como digo, sobre los 40 empieza a ser mucho más difícil tener un hijo, pero todo son estadísticas, y luego te encuentras con mujeres de 45 años que lo consiguen de forma natural y otras de 35 que no lo logran nunca.
-En este tema cada persona es un mundo...
Cuando hablo con mujeres que están en ello hay un sentimiento tan profundo, tan intenso, tan primitivo, de querer ser madre, que ¡quién soy yo para juzgar si esa persona tiene 45 o 48 años! Es algo que fluye del amor más puro. No sería capaz de juzgar por la edad, y más a día de hoy. Yo, con 40 años, me siento en la flor de la vida.
-¿No es más complicado criar hijos con más edad?
No lo sé; ya digo que yo, con 40 años, estoy el mejor momento de mi vida. Lo que ocurre es que a nivel psíquico no sabía que no me acompañaba la fertilidad. Quizás conociéndolo hubiera hecho el tratamiento antes. Por lo menos disponer de información es fundamental, porque a los institutos siempre acuden los de planificación familiar y realmente no planifican nada. Te explican cómo no tener hijos; te hablan solo de la contracepción, pero no de la fertilidad. Y desde jóvenes nos tendrían que hacer conocedoras de que la fertilidad tiene fecha de caducidad, para así poder tomar decisiones.
-¿La sanidad pública tendría que facilitar estos tratamientos?
Tiene unos baremos que son muy injustos. Los tratamientos son solo hasta los 40. Además, si tienes un hijo previamente olvídate, aunque exista la infertilidad secundaria. Puedes haber tenido un hijo con 30 años sin dificultad y querer volver a ser madre a los 38 y no poder. Y ahí la Seguridad Social no te arropa. Pero lo peor es que te miran la reserva ovárica y a partir de cierta reserva no te aceptan. Solo cogen los casos más fáciles.
-Los tratamientos son muy costosos, no todo el mundo puede acceder a ellos y hay gente que se empeña para conseguirlo.
Sí, porque para muchas parejas es su sueño. Y depende de las comunidades. Por ejemplo, en Barcelona hay una lista de espera para empezar el primer tratamiento de dos o tres años. Vas allí con 37 años y cuando te toca el turno ya no puedes.
-¿Aconsejaría congelar los óvulos para poder ser más tarde madre, o solo lo haría en caso de enfermedades como el cáncer?
A mí me parece una alternativa estupenda. La maternidad la vamos postergando; la mujer busca realizarse como persona y como profesional, por eso pienso que es una buena opción. A mis familiares cercanos se lo digo: Tenéis esa alternativa. El problema es que la publicidad de criopreservar los óvulos o los espermatozoides, cuando la hacen las clínicas privadas, da la sensación de que te quieren sacar el dinero. Aquí debe de haber un equilibrio.
-¿Podría ofrecer esta posibilidad la Seguridad Social?
Lo ofrece exclusivamente para las pacientes oncológicas, pero lo podría extender también a otras mujeres. Con esta alternativa tendrían un seguro de vida. Con 25 años guardas tus óvulos, y si luego no los necesitas no pasa nada, pero en caso contrario tienes ahí un recurso. Sería muy interesante. A mis primas jovencitas siempre les digo que lo hagan. Puede costar mil euros, pero es una excelente inversión de futuro. Además, no se pierden porque luego, si no los necesitas, los puedes donar.
-¿Es un buen regalo hoy en día para una joven?
Pues sí. Una inmunóloga muy reconocida me dijo un día que de los mejores regalos que se le puede hacer a una chica joven hoy en día no es maquillaje, sino hacerle una prueba de como está su fertilidad, y pienso que tiene razón porque es una analítica simple: cuesta 25 euros y ahí puedes conocer tu punto de partida.
-¿Es cierto que tiene seguidoras ginecólogas?
Sí, especialistas con problemas de fertilidad. De hecho, en la comunidad virtual hacemos quedadas mensuales on-line y una de las chicas ginecólogas hizo un discurso para las demás y reconoció que no sabía de reproducción asistida ni de fertilidad, porque en la carrera de Medicina no lo habían estudiado. Creo que la ginecóloga, a la que se acude cada año, debiera de mirar cómo está nuestra fertilidad.
-¿Con esa analítica se evitarían muchos problemas?
Si a mí me la hubieran hecho antes habría atajado el problema también antes. Son cosas sencillas que se podrían hacer de forma rutinaria y evitarían grandes sufrimientos.
-¿Ha visto cumplidos los objetivos de su libro?
Cuando empecé a escribirlo tenía tres finalidades. El primer objetivo era poder ayudar a todas las personas que buscan un embarazo o incluso a las que empiezan ahora y poder facilitarles el camino desde el inicio. El segundo, que llegase al sector médico, porque hay mucha falta de empatía; a veces la propia profesión te lleva a hacer las cosas de forma rutinaria, automatizada, no teniendo en cuenta que las parejas que llegan a la reproducción asistida lo pasan mal y necesitan apoyo psicológico. Es importante que luchen con ellas. Y el tercero era dar voz a la infertilidad. Poco a poco me están contactando médicos de otros países para que les haga llegar el libro porque quieren conocer mejor a sus pacientes, y para mí es todo un orgullo ese interés.