UNO de los mitos más presentes en nuestras montañas, es el de los jentiles, gigantes mitológicos, habitantes de las montañas, que viven en constante enfrentamiento con el cristianismo.
Uno de estos parajes unido a los jentiles, se acurruca en terrenos del Parque Natural de Urkiola, al abrigo de impactantes cimas calizas, y que hoy conoceremos mediante una ruta lineal, por lo que dispondremos de dos coches.
Comenzamos la ruta en el Santuario de Urkiola, templo datado en el siglo IX bajo la advocación de San Antonio Abad, si bien en su interior se venera igualmente a San Antonio de Padua. Junto al templo, encontramos una enorme piedra conocida como Tximistarri que, según la tradición, es un meteorito al cual, cada 13 de junio, se debe dar siete vueltas con el fin de encontrar o de mantener novia o novio. Los científicos niegan que la roca tenga origen cósmico; según sus estudios se trataría de una “pudinga”, es decir, un conglomerado de minerales. Incluso historiadores han dado su versión del motivo por el que está en este paraje. Al parecer pudo caerse de una carreta que realizaría la ruta hacia alguna ferrería de Otxandio. Que cada uno se quede con la teoría que prefiera, yo me quedo con la que nuestros viejos mitos nos cuentan; por lo menos es la más imaginativa.
Tras disfrutar de la iglesia y de su entorno, comenzamos la ruta: nos internamos en un impresionante bosquecillo de hayas que nos lleva en pocos minutos hasta el calvario de Urkiola, un extraordinario mirador sobre la sierra de Anboto. Sorprende cómo, en un lugar tan cercano al propio santuario, encontramos este paraje de belleza salvaje, magnética y hermosa. Desde aquí, es perfectamente reconocible la silueta de una mujer tumbada que forman los picos que cierran el horizonte, pudiera tratarse de Mari, quien sabe.
Vistas de espectáculo Un poquito antes de llegar al calvario, un camino a nuestra izquierda se sumerge en un bosquecillo autóctono siguiendo las señales hacia Mañaria. La senda discurre en paralelo a la carretera de subida al puerto; despacio, el panorama se va abriendo para ofrecernos unas impresionantes vistas de Mugarra y Eskuagatx, a la izquierda, y el fantástico cresterío formado por Untzillatx, Axtxiki, Alluitz y, cerrando el fondo, el mítico Anboto.
Tras pasar una zona de pinares, alcanzamos los caseríos de Santi Gaztelu y posteriormente Gatzagieta, donde merece la pena detenerse y disfrutar de su calero reconstruido. Siguiendo las marcas blancas y rojas de un sendero de Gran Recorrido (GR), y otras de uno de pequeño recorrido (PR), nos internamos nuevamente en el bosque. Vamos descendiendo poco a poco frente a la inmensa mole de Untzillatx, que bordeamos por su vertiente izquierda. Tras pasar por una fuente, nos hallamos de lleno acariciando la vertiente oeste de la montaña; el camino sin perdida nos lleva hasta la ermita de San Martín.
Es aquí donde nos encontramos con los elementos de la leyenda, que nos ha traído hasta este paraje:
“Cuentan que en este paraje donde se ubica la preciosa ermita de San Martín, vivían los jentiles en una caverna que hay junto al templo.
Además, acostumbraban a jugar con unas enormes piedras que salpican el exterior de la ermita y se conocen como Jentilarriak.”
Además de en este paraje, podemos encontrar a estos gigantes en muchísimos otros lugares de nuestra geografía. Desde dólmenes como el de Jentillarri, o Jentiletxe; cuevas como las de Jentilkoba, Jentilzulo, JentilkoLezia, o Basainzulota; cumbres de montañas, siendo algunas Auza Gaztelu, Jentilbaratza o Artzate; bosques, como Jentil Baso; cuevas eremíticas como la Piedra de la Doctora; e incluso puentes de piedra como el de Jentilzubi, o minas como Jentillenmeatzea. La cueva jentil,se abre muy cerca del templo y bellos ejemplares de castaños enmarcan las piedras: la ermita de San Martín, que vino a cristianizar un paraje sagrado.
FICHA PRÁCTICA
- ACCESO: La carretera Bi-623 pasa junto al santuario de Urkiola viniendo, bien desde Durango, bien desde Otxandio. Si subimos desde Durango, pasamos por la localidad de Mañaria, donde dejamos uno de los vehículos.
- DISTANCIA: 7,6 kilómetros
- DESNIVEL: 200 metros
- DIFICULTAD: Fácil