esde la plaza situada en la trasera del Ayuntamiento de Legazpi, encaminamos nuestros pasos hacia el apeadero de tren de Renfe. Atravesamos el túnel bajo la vía férrea y continuamos caminando en paralelo a la misma. Una vez que hemos rebasado la estación, nos desviamos por un sendero que encontraremos a la derecha y que se dirige hacia el barrio legazpiarra de Mantxola.
Pasamos por delante del caserío Aranjuez, donde giramos a mano derecha para tomar una pista hormigonada en ascenso. Continuamos nuestra subida junto a una vivienda y algunos gallineros antes de introducirnos en el pinar.
Caminamos entre los árboles hasta llegar a la carretera que se dirige hacia el alto de Atagoiti. Nos incorporamos a la misma y avanzamos unos metros para, seguidamente, tomar la segunda pista que sale por la derecha. Presenta un desnivel acusado, con una fuerte pendiente.
Pasamos bajo una línea de alta tensión según vamos caminando por la ladera del monte Aizaleku (809 m). En este tramo, podemos dejarnos guiar por las indicaciones de las marcas rojas y blancas que nos llevan hasta el barrio de Santa Marina, que pertenece al municipio de Gabiria. Seguimos el recorrido en dirección sur por el camino que lleva hacia Brinkola. Rebasamos una puerta metálica y, antes de alcanzar el caserío Biurrain, nos desviamos por la izquierda por un sendero en cuesta. En esta ocasión nos servirán de guía unos puntos de color rosa.
Cuando nos encontramos en el centro del pinar, alcanzamos la borda de Zabarain, punto en el que se unen los límites de los municipios de Zerain, Mutiloa y Legazpi. Desde este lugar, una senda, que asciende por la loma, nos lleva directamente hasta la despejada cima de Otañu (838 m, 1 h 45 min). La cumbre es una amplia y cómoda campa en la que destaca, en el centro, la presencia de un monolito y un buzón que tiene forma de cohete.
Las vistas que nos regala son magníficas, nos rodean completamente, y podemos identificar algunos montes que componen un bonito mar de cimas. Ahí están Larrunari-Txindoki, Beriain, todo el cresterío de Aizkorri y Aloña, Udalatx, con el Anboto detrás, Korosti, Hernio e incluso la mole granítica de Aiako Harria, que se alza imperiosa en el extremo norte del territorio guipuzcoano.
Para cerrar esta ruta circular, descendemos hacia el norte por un sendero con fuerte desnivel y jalonado por árgoma y brezo. Una txabola, ubicada en el collado Salobieta, nos indica el momento de seguir por la pista de la derecha, ahora en suave descenso. Pasamos junto a una borda y continuamos con nuestra bajada por el camino de la derecha. Guiarán nuestros pasos unas flechas de color amarillo. De esta manera, llegaremos junto al caserío Agerrezabal, donde hemos de tomar la pista de cemento que, por la derecha, realiza un recorrido cercano a varios caseríos hasta llegar al barrio de Telleriarte, tras pasar bajo las vías del tren.
Continuamos con nuestro caminar en paralelo al río Urola y nos topamos con el palacio Elorregi, al otro lado del cauce. Se trata de un mayorazgo fundado por el rey Carlos V, un precioso ejemplar de casa solar vasca. Cuando la pista desemboca en la carretera que une Oñati con Legazpi, debemos continuar por el camino que por la derecha pasa junto al caserío Pastain y desemboca en el complejo de Mirandaola.
La ferrería de Mirandaola es uno de los elementos patrimoniales más importantes Gipuzkoa, y en ella se ofrece un espectáculo muy interesante y atractivo: los ferrones, vestidos como en el siglo XVI, ponen en marcha la maquinaria y el agua mueve los gigantescos fuelles que dan aire al fuego y el martillo con el que golpean el hierro candente. Se trata de una visita que no hemos de obviar.
Desde la ferrería hasta el centro de Legazpi podremos disfrutar de un agradable paseo junto al río, al final del cual estaremos en el punto de partida.
las ferrerías
Legazpi contaba en el siglo XV con siete ferrerías, lo que da fe de la importancia que esta industria tenía entonces en el lugar. La ferrería de Mirandaola, ubicada en el barrio homónimo, es la única de ellas que se mantiene en pie. Funcionó a pleno rendimiento hasta el siglo XIX y fue rehabilitada en 1952. En la actualidad, abre sus puertas al turismo y las visitas. Así, el primer domingo de cada mes en los meses de otoño e invierno y todos los domingos el resto del año, tendremos la oportunidad de ver cómo el agua que mueve el molino pone en funcionamiento la maquinaria y cómo los ferrones trabajaban el hierro. Visitaremos la zona en la que se ubican los fuelles, encargados de dar aire al fuego y mantenerlo muy vivo, de manera que tenga la potencia necesaria para poder fundir el hierro o ponerlo candente, al rojo vivo. Después seremos testigos de la ardua labor que llevaban a cabo para darle forma a golpe de martillo mientras el guía nos explica cuál es el proceso. La escenificación es muy realista, vestuario incluido.
Colindante a la ferrería se encuentra la ermita de Santa Cruz, que muestra en su exterior frescos de Soler Blasco en los que aparecen los ferrones. En el interior, una escena da cuenta del milagro acaecido en 1580, cuando los ferrones no respetaron el descanso dominical y se pudieron a trabajar. Pero por muchas cargas de carbón que quemaron no consiguieron más que un pequeño trozo de hiero en forma de cruz. Cada mes de mayo, los vecinos de Legazpi acuden en romería a esta ermita.
Visitas: Parque de Mirandaola. Telleriarte s/n, Legazpi. Es imprescindible reservar hora para la visita. Tel. 943 730 428. E-mail: mirandaola@lenbur.com.
FICHA TÉCNICA
3 h 30 min.
13,3 km.
285 m.
Media.
Mapas de la CAV. Nº 2. Beasain-Zumarraga. Escala 1:25.000.
Legazpi se encuentra situada entre los municipios de Oñati y Zumarraga y se accede por la carretera GI-2630. También dispone de estación de RENFE.
Rutas por Euskal herria
DEL LIBRO: Rutas circulares y fáciles
TEXTO Y FOTOS: Txusma Pérez Azaceta