Quien tiene un perro sabe lo importante que se convierte en su vida y la angustia que da que se pierda y no saber nada de él. Si además se extravía en un terreno tan inhóspito como el hielo de Alaska y desaparece durante un mes, las esperanzas de encontrarlo con vida se reducen muchísimo. Pero en el norte más norte del planeta un can ha conseguido regresar a su casa en la isla de Gambell después de una odisea en tierras congeladas.
Se trata de Nanuq, un pastor australiano de un año de edad que desapareció junto a otro perro mientras daban un paseo con sus dueños por una comunidad del estrecho de Bering, que separa Asia (Rusia) de América (Alaska, Estados Unidos) y que está helado durante casi todo el año. El otro animal apareció semanas después, pero nada se sabía de Nanuq un mes después de haberse perdido.
Cuando ya apenas quedaban esperanzas de que apareciera, lo encontraron unos vecinos de Gales, pequeña localidad al otro lado del estrecho helado de Bering: el perro había recorrido nada menos que 240 kilómetros sobre el glaciar. Esos vecinos publicaron unas fotografías en las redes sociales y mientras se encontraba a sus dueños se quedó con unos jóvenes del pueblo.
La dueña de Nanuq, Mandy Iworrigan, vio esas fotos e identificó al perro. Con los puntos acumulados que tenía, consiguió traerlo de vuelta en avión. La mujer grabó el momento del aterrizaje del avión y el reencuentro con el animal, que salvo por algunas marcas de mordeduras y una pata hinchada, se encontraba bien de salud.