Tras haber presentado su lobby europeísta el pasado mes de mayo, la fundación eAtlantic, Iñigo Urkullu volvió a defender este martes las relaciones multilaterales y una Europa respetuosa con los pueblos, no basada en las clásicas soberanías excluyentes de los estados. El lehendakari ohia ya había presentado su fundación en una rueda de prensa ante los medios de comunicación, pero ahora se ha estrenado oficialmente en su primer acto como presidente ejecutivo de la fundación eAtlantic, y lo ha hecho en un curso de la Universidad del País Vasco que aborda precisamente su especialidad en este nuevo periplo vital de Iñigo Urkullu: el derecho internacional y las relaciones internacionales. En la facultad de letras de la Universidad del País Vasco en Gasteiz, defendió la ponencia Una Gobernanza participada para una Europa necesaria en el (des)orden global.
Urkullu aportó algo de contexto. Aseguró que “Europa se enfrenta a uno de los desafíos más ilusionantes de toda su historia, construir un nuevo modelo de convivencia política” basado en la libertad, la igualdad, la equidad, la solidaridad, la justicia social, la diversidad y el desarrollo sostenible. Y añadió que, en este mundo de líderes autócratas y populistas, “dos de los principales problemas” son “la inexistencia en la práctica de unas normas, de unas reglas internacionales capaces de atender a los retos derivados de un contexto geopolítico mundial presidido por el conflicto permanente y por la ausencia de un equilibrio global”, y además “topamos con la ausencia de un liderazgo mundial compartido”. Urkullu llega a la conclusión de que “resulta necesario e imprescindible tratar de revitalizar el multilateralismo, y también hay que resetear y reforzar el espíritu, impulso y vitalidad de un renovado consenso mundial en torno a la defensa de los derechos humanos”.
En cuanto a la reforma de Europa, ha abierto una reflexión para que Euskadi encuentre su cobijo y su desarrollo como nación. Quiere “volver a construir una Constitución para Europa que combine la búsqueda de la integración con el pragmatismo, que se relegitime funcionalmente mejorando la vida y el futuro de los ciudadanos europeos, que reconozca la existencia de realidades políticas alejadas del pétreo binomio Europa versus Estados, que asuma la existencia de pueblos europeos vivos, activos, solidarios y alejados de la decimonónica lucha por la soberanía estatal exclusiva y excluyente”.
Urkullu, por otro lado, va a ofrecer su capital político para respaldar al Gobierno de Pradales y a otras comunidades autónomas en la creación de la macrorregión atlántica a nivel europeo. “Una Europa territorialmente equilibrada debe, además de los ejes tradicionales del centro, el mediterráneo y el este europeos, reconocer y reforzar el papel estratégico de la fachada atlántica", reivindicó en estos cursos de la EHU.