La delegada del Gobierno español en suelo vasco, Marisol Garmendia, ha dado otro empujón a la bola de nieve que sigue rodando desde el pasado viernes a cuenta de las declaraciones del lehendakari Pradales sobre la migración que necesita Euskadi. Y lo que parecía un simple encontronazo más entre el PNV y el PSE se ha convertido en una tormenta que puede salpicar por extensión al presidente español, Pedro Sánchez, porque Garmendia es su lugarteniente en la comunidad autónoma vasca y ha provocado un choque con el PNV, cuyos votos son imprescindibles en el Congreso de los Diputados. La delegada de Sánchez deslizó este lunes que Pradales solo quiere que lleguen migrantes licenciados en Harvard, y comparó al PNV con “la caverna” del PP y Vox. En un gesto poco habitual, la Ejecutiva nacional jeltzale, presidida por Aitor Esteban, abordó esta polémica en su reunión semanal en Sabin Etxea y emitió una nota de prensa para avisar de que “toma nota” de los “exabruptos” contra el lehendakari. La nota centra sus reproches en Garmendia, y parece que busca un toque de atención de La Moncloa a la delegada en suelo vasco por enrarecer las relaciones. De la redacción de la nota se desprende que, para el PNV, Garmendia no está muy al corriente de la posición de Sánchez.
Los jeltzales han recibido con contrariedad y malestar la reacción de sus socios, porque las palabras de Pradales son similares a las que ya pronunció Pedro Sánchez el año pasado. La polémica se remonta a la semana pasada, al Foro Agenda Atlántica que organizó el grupo Vocento y que tuvo como protagonistas a Pradales y al presidente gallego, Alfonso Rueda, del PP. El lehendakari pretendió abrir un debate sobre la migración que se necesita, en plena discusión sobre el envejecimiento y la necesidad de recursos. Pero, sacando las expresiones de contexto, el terreno estaba abonado para la polémica. Pradales mencionó que hay que “pagar bien a la gente joven en este país porque es fundamental en términos de emancipación”, añadió que “la sociedad ha envejecido y se ha producido una transferencia de rentas vía pensiones”, lo que exige “reconstruir el equilibrio entre las generaciones jóvenes y las mayores”, e incorporó “un último factor, el migratorio, qué tipo de migración necesitamos y qué tipo de migración es la que estamos recibiendo”. Dijo que, en los últimos cinco años, la comunidad autónoma vasca ha recibido “más de 75.000 personas migradas, pero no ha sido una migración buscada”. “No hay una política migratoria, un plan estructural para gestionar esta cuestión. No solo está en manos de quienes estamos aquí sentados, e incluso trasciende a los estados. Está en manos del continente”, dijo. Así se acabó su turno, y no se le preguntó qué quiso decir.
A partir de ahí, sus socios del PSE se desmarcaron de sus declaraciones y las consideraron “preocupantes” y cercanas al PP. En paralelo, determinados ámbitos mediáticos han mostrado su interés en proyectar que el PNV, más que abrir debates, está virando hacia posiciones más duras o restrictivas, también sobre el reparto de menores migrantes. Pero se da la circunstancia de que el propio presidente español, el también socialista Pedro Sánchez, apostó en agosto del año pasado por la migración “regular” (“soy un firme defensor de ella porque abre caminos para la prosperidad”), y defendió que se firmen contratos en los países de origen para que los migrantes ocupen puestos concretos en empleos estacionales y que luego regresen. Incluso apostó por la devolución de los migrantes que llegan por vías irregulares como mensaje desincentivador para las mafias y ante la creciente presión en las fronteras, que a nadie se le escapa que se ha multiplicado.
El pasado mes de abril, con los votos de PNV, EH Bildu y PSE, el Parlamento Vasco defendía una migración “ordenada, segura y regular”, los términos que aparecen en el pacto mundial suscrito por 160 estados en 2018. PP y Vox votaron en contra.
El PNV secunda a Pradales
El EBB abordó este lunes la polémica “artificial” y anunció que “secunda” las palabras del lehendakari, “la necesidad de dar una respuesta al reto demográfico” y “conocer qué necesidades tiene nuestra sociedad desde el punto de vista de la política migratoria”. Tras poner por delante que Euskadi “ha sido siempre y es” un país integrador, que acoge a los migrantes y que ha sido referente en políticas sociales, añadió que otorga a esas personas “los mismos derechos y les exige las mismas obligaciones”, y que “la mejor forma de integración es aquella vinculada a un contrato laboral”. De ahí que haya participado en el debate sobre la Ley para regularizar a personas extranjeras en el Congreso. Los votos del PNV son necesarios para Sánchez.
En este sentido, el EBB lanza una carga de profundidad y avisa de que las palabras de Garmendia son “inadmisibles” y están “fuera de lugar”, máxime cuando el PNV ha apostado por un diálogo “sincero” sobre el Reglamento de Extranjería a pesar de sus “lagunas” en materia de asilo. Además, cree que sus críticas se contradicen con las declaraciones de Sánchez tanto en público como en las reuniones bilaterales con la parte vasca. “En tanto en cuanto Marisol Garmendia es la representante del Gobierno español en la CAV, EAJ-PNV entiende que esas palabras emanan del Palacio de la Moncloa y advierte: tomamos nota”, concluye. Al conjunto de los partidos en general les pidió altura de miras y no demagogia (han surgido críticas también desde Sumar y Podemos al lehendakari).
El diploma de Harvard
Garmendia había dicho que “no se puede pretender establecer cupos (de migrantes) o decir cuáles son necesarios y cuáles no en función de si tienen o no un diploma por Harvard”. “¿Sólo queremos esos? ¿No necesitamos a gente que cuide a nuestros mayores, que limpie nuestras calles, y que trabaje en la construcción y en empleos que los vascos no queremos?”, se preguntó en una jornada informativa sobre el nuevo reglamento de extranjería estatal. Sobre el macrocentro de refugiados que tiene previsto el Gobierno español en Gasteiz, aseguró que “está en marcha; no tiene vuelta atrás”: “Me preocupa que el PNV esté lanzando mensajes que están más cercanos a los mensajes de la caverna, y los mensajes viejos y retrógrados de PP y Vox”. Se refería a la pregunta que formulará este martes en el Senado el PNV para que el Gobierno español reconsidere el macrocentro, aunque ya es conocido que el PNV rechaza este centro con el argumento de que la masificación va a impedir una atención personalizada para los migrantes y no les va a ofrecer una buena calidad de vida.