El lehendakari ha confiado la negociación del nuevo pacto de autogobierno para la comunidad autónoma vasca a los partidos y al Parlamento. Es el mismo esquema que se ha seguido en las últimas legislaturas, que pone a salvo al Gobierno de coalición PNV-PSE frente a las posibles fricciones que pudieran surgir, y que va también en sintonía con los cauces que se tienen que seguir, ya que la propuesta final la debe aprobar sí o sí la Cámara vasca antes de pasar por el Congreso y ser sometida a referéndum. Pero esa metodología no implica que Imanol Pradales se ponga de perfil. Este miércoles se ha puesto a disposición de los partidos por si requieren su participación, se ha mostrado dispuesto a favorecer el clima de diálogo entre ellos, y ha tomado posición con su propia receta, un pacto político bilateral con el Estado que se inspire en el funcionamiento del Concierto Económico, donde ninguna de las partes puede imponer su voluntad a la otra ni tomar decisiones unilaterales.

Pradales defendió este modelo en un desayuno informativo del Fórum Europa, precisamente a unos días de que el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, comience su ronda para sondear a los partidos. El lehendakari apostó por “un nuevo pacto estatutario de futuro que incluya las competencias que nos ayuden a dar respuesta a las nuevas necesidades y derechos planteados por la sociedad vasca”, un nuevo pacto que “debe permitir asentar una relación bilateral con el Estado que incluya el reconocimiento de nuestra realidad nacional, la singularidad de nuestro autogobierno, así como un sistema de garantías para el cumplimiento efectivo de lo acordado”.

Esta es una reivindicación clásica del PNV, y tiene como objetivo frenar las invasiones de competencias y la erosión del autogobierno a través de leyes y decretos estatales. El PNV también cree que el Tribunal Constitucional vacía el fondo competencial vasco con sentencias restrictivas, pero los partidos no se ponen de acuerdo en quién debe ser el árbitro. Pradales pone en valor que “contamos con el modelo de relación bilateral del Concierto Económico, que es de aplicación a un nuevo marco jurídico de relaciones institucionales y políticas entre Euskadi y el Estado”. Sería un modelo “acordado”, de “reconocimiento recíproco”, donde “ninguna de las dos partes puede imponer a la otra su voluntad”: “Consagra la necesidad de dialogar, negociar y convenir en beneficio mutuo”.

La propuesta en la Ponencia de Autogobierno

Esta es la posición que defendió el jurista del PNV, el diputado Mikel Legarda, en la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco. Él propuso una Comisión del Concierto Político, el mismo término que utilizaba el lehendakari Urkullu. Se trataría de aplicar a todas las relaciones con el Estado el modelo que ya funciona a nivel económico, donde Euskadi tiene capacidad para recaudar y gestionar sus propios impuestos y paga un Cupo por los servicios que presta el Estado en suelo vasco y en concepto de solidaridad con otros territorios. El Gobierno español está obligado a reunir la Comisión Mixta para concertar nuevos impuestos y que los recaude Euskadi, y tampoco puede cambiar de manera unilateral la cifra del Cupo.

El PSE, sin embargo, apostaba por vehiculizar los desencuentros en la Comisión de Cooperación que ya existe. Cualquier otra fórmula exigía, según el PSE, una reforma constitucional previa. Pero en noviembre del año pasado, el PNV firmó un acuerdo de investidura con el PSOE y con Pedro Sánchez, por el cual los socialistas se comprometían a negociar el blindaje de las competencias vascas dentro del debate de ampliación del autogobierno y, para ello, aceptaban explorar las potencialidades de la disposición adicional de la Constitución y del Estatuto, las relativas a los derechos históricos y la posibilidad de actualizar el autogobierno. Son precisamente la percha que esgrime el PNV para instaurar una relación bilateral sin cambiar la Constitución. En su momento, el PNV ya leía como una avanzadilla del nuevo estatus otro punto del pacto de investidura, la incorporación de cláusulas forales en las leyes del Estado que afectaran a competencias vascas.

Voluntad mayoritaria

El lehendakari recordó que, como miembro del Gobierno, él se centra en conseguir las competencias que recoge el Estatuto de Gernika vigente. Y defiende que “hay que dar un tiempo a los partidos” para que busquen un nuevo pacto en un diálogo discreto. La cuestión del Concierto salió a relucir al hilo de las voces que lo cuestionan en el Estado, ahora que Catalunya quiere un modelo similar. Pradales recordó que el Concierto Económico es “un pacto político enraizado en la historia”, que implica un “riesgo unilateral” para Euskadi y obliga a gestionar con rigor porque “los errores que pudiéramos cometer los pagaríamos muy caros, y no contamos con la red de un papá Estado para que nos salve si vienen mal dadas”. Euskadi no se acoge al Fondo de Liquidez Autonómica de rescate.

A partir de ahí, pidió seguir este modelo para avanzar en un nuevo pacto político bilateral porque el autogobierno actual data de 1979, cuando Euskadi ni siquiera formaba parte de la Unión Europea ni se había avanzado en ciertos derechos sociales. Reclamó ser “valientes” y vio una oportunidad en un “contexto político estatal de reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado, en un modelo que ofrezca cauce de expresión y respuesta a las voluntades sociales mayoritarias de nuestro país”.