De tanto llevar el cántaro a la fuente, el cántaro acabó rompiéndose. Los intentos del PP de convertir las distintas votaciones en una derrota para el Gobierno de Pedro Sánchez han generado finalmente un clima de desconfianza absoluta en partidos como el PNV, que este martes no ha respaldado sus peticiones de comparecencia sobre Venezuela por albergar pocas dudas de que pretendían otro fin muy distinto a esclarecer lo sucedido en esas elecciones: dividir a los socios de Sánchez atrayéndose el voto del PNV.

Y el rechazo ha enfurecido al PP, que se ha dirigido este martes al PNV con una acritud que no se recordaba desde la sesión de investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente español a finales del año pasado. En ese momento, cuando todo estaba perdido ya para el PP, Alberto Núñez Feijóo buscó el cuerpo a cuerpo con el PNV y su desgaste electoral, acusándolo de cambiar el tractor por la hoz y el martillo del comunismo. La sesión de este martes en la Diputación Permanente del Congreso transcurrió de manera similar y las relaciones vuelven a quedar muy maltrechas, con el agravante de que el PP ha utilizado a Venezuela, uno de los debates sagrados para los jeltzales. Tras la negativa del PNV a respaldar las comparecencias de Sánchez y del ministro Albares sobre la crisis en Venezuela, el PP acusó a los jeltzales de decantarse por el voto que más les conviene para mantenerse en Lehendakaritza con el apoyo de los socialistas. El PP suspiraba por atraerse al PNV y escenificar así una ruptura del bloque de la investidura y, al no alcanzar su objetivo, no dio tregua y citó de manera constante a los jeltzales en las distintas peticiones de comparecencia, no solo sobre Venezuela. Las cámaras apuntaban de vez en cuando a Idoia Sagastizabal, con una expresión facial que era todo un poema y que terminó despachando al PP: “Ni voy a contestar”.

El PNV, que fue el partido que frustró la investidura de Feijóo al negarle los últimos votos que le hacían falta, volvió a aguar las expectativas del PP en la sesión de este martes. Hubo un primer intercambio dialéctico entre Mikel Legalda y Miguel Tellado, de menor intensidad. Pero las redes se incendiaron en el transcurso de la tarde con un tuit de Tellado que pedía al PNV que explicara a sus votantes por qué no iba a apoyar las comparecencias. Este es un asunto delicado para los jeltzales, con una vinculación muy fuerte con Venezuela por el exilio y la diáspora vasca allí afincados. Por ello, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, respondió de inmediato a través de las redes que Venezuela le importa "una higa" al PP. "Simplemente la utilizáis para fisurar el bloque de Gobierno. Maduro es un dictador, pero vuestra solicitud de comparecencia no aporta nada. Si con tuits como este queréis lograr el voto del PNV a futuro... Torpe, que eres un torpe", soltó. Tellado podría haberlo dejado correr para calmar los ánimos, pero no lo hizo, y opinó que los jeltzales se han convertido en los encubridores de Sánchez: "No creo que represente a los vascos esa actitud servil del grupo de Aitor Esteban. Muy torpe, Aitor".

En la sesión, el popular Héctor Palencia había dicho también que los socios de Sánchez debían apoyar la comparecencia de Puente por las incidencias en los trenes porque “no quieren ser usados como un clínex, como dice el PNV”, “ni ser engañados, como dice ERC”. La expresión sobre el clínex la tomó prestada del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, cuando denunció el limitado grado de cumplimiento de lo acordado por parte de Sánchez en la anterior legislatura con todos los socios. “Señores del PNV, cuando ustedes tienen que elegir entre los vascos y la dignidad o la Lehendakaritza, ustedes lo tienen claro y siguen eligiendo la Lehendakaritza porque ni los vascos ni el Congreso les merecen respeto”, lanzó.

El Concierto

Los recados no acabaron ahí, y el PP volvió a la carga en el punto relativo a la comparecencia de la ministra Montero por el nuevo sistema de financiación en Catalunya, que según ERC tiene que emular el Concierto vasco. Juan Bravo volvió a dejar caer una pulla: “¿No van a apoyar la comparecencia para ver si les han perjudicado en algo?”. El PNV optó por no dar demasiada cancha a las propuestas del PP en la Diputación Permanente, y Sagastizabal se negó también a convertir el debate en un toma y daca en el barro y a dar respuesta a los dardos de los populares. Sobre la financiación singular, le pareció bien que se busque una solución para Catalunya, aunque avisó de que la ausencia de explicaciones sobre lo pactado, sumada a las declaraciones públicas de algunos socialistas, han generado un enredo mayor, lejos de apaciguar la situación. Pero siguió pensando que “lo acordado no es en ningún caso ni el Concierto Económico ni el Convenio navarro; es una financiación singular que queda por concretar”. Para que el PP deje de agitar este debate, añadió que las demás comunidades pueden aspirar a pactos similares. Rechazó la comparecencia de Montero y apostó por dejar tiempo para que “se aclaren” los términos.