Desde que el PNV rechazó la investidura del popular Alberto Núñez Feijóo como presidente español, el PP parece haber asumido que no tiene ninguna posibilidad de acercarse a los jeltzales mientras la ultraderecha de Vox siga siendo necesaria en esa operación política. Pero esa realidad no impide que el PP celebre con regocijo cualquier votación en la que coincidan su posición y la del PNV o la de Junts, como ha sucedido en alguna ocasión con propuestas relativas al IVA. Y, en los últimos días, en ámbitos próximos al PP acariciaban la posibilidad de infligir una derrota parlamentaria al socialista Pedro Sánchez en la Diputación Permanente del Congreso, que es el órgano reducido que funciona en plenas vacaciones. La oportunidad se la dio la última crisis en Venezuela, en pleno fragor por las acusaciones de fraude tras las elecciones del 28 de julio. El PP registró varias peticiones de comparecencia para que el presidente español explicara su posición oficial en el pleno, y también exigió dos comparecencias del ministro José Manuel Albares en comisión para dar cuenta de su “inacción y falta de condena al régimen de Nicolás Maduro” y de las medidas que piensa impulsar en Europa para que se respete la voluntad de los venezolanos. 

Aunque ya es conocido que PP y PNV coinciden en su rechazo al régimen de Maduro, los jeltzales han arrojado este martes un jarro de agua fría sobre las expectativas de los populares y han hecho público su voto en contra de las tres comparecencias (y también otras dirigidas a los presidentes de RTVE y Efe para que explicaran el tratamiento informativo de la crisis venezolana, y otras comparecencias del Gobierno español por la política migratoria, la financiación catalana y el caos ferroviario). El PNV es la única formación vasca que reconoce la victoria del opositor Edmundo González Urrutia, pero cree que el PP está utilizando esta crisis para alimentar su estrategia partidista y que esa actitud no propicia la unidad de los partidos ni ayuda a Venezuela. Y hay más. La razón la aportó el diputado Mikel Legarda.

El jeltzale recordó que estas comparecencias, que se piden con urgencia, se tendrían que sustanciar entre el miércoles y el viernes, una premura que no termina de entender el PNV teniendo en cuenta que el periodo ordinario de sesiones del Congreso se retoma la semana que viene, ya en septiembre. “No está justificado, sin desmerecer la importancia que tiene este asunto”, argumentó. Además, se han anunciado nuevas comparecencias para septiembre. Las tres peticiones del PP han decaído al reunir tan solo 33 votos a favor (PP y Vox) y tener en contra 35, los escaños en la Diputación Permanente del PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y Podemos. Junts se abstuvo.

Legarda y la obra de Tellado

Legarda, que acostumbra a realizar intervenciones muy medidas y técnicas, no quiso sin embargo dejar pasar la ocasión sin lanzar un dardo al PP, en un debate en el que estuvo sobrevolando de manera constante en otras bancadas la forma en que los populares utilizan la situación en Venezuela para convertirla en un asunto de política interna española y romper el bloque de Sánchez. Legarda se lo dijo con otras palabras, de manera sibilina, al popular Miguel Tellado, el encargado de defender las peticiones de comparecencia: “Alfonso Guerra comentaba que la democracia representativa que se desarrollaba en esta Cámara tenía mucho de representación. Y veo que usted, señor Tellado, se desenvuelve como un buen actor en esa representación. No voy a decir a qué tipo de obra me refiero”. La nota del PNV añadió una crítica a su “partidismo”. Antes de que se produjeran las votaciones, Legarda anunció de antemano que el PNV no apoyaría ninguna, ni sobre Venezuela ni sobre otros asuntos, porque no veía la urgencia. Se iba a traducir en una sucesión de votos en contra.

Legarda recordó que a mediados de agosto hubo ya una comparecencia de Albares en comisión en el Senado por esta misma cuestión, y que el propio PNV dejó clara su posición desde el primer momento, y nuevamente en esa sesión. El jeltzale repasó los principales ejes del comunicado del Euzkadi Buru Batzar y volvió a marcar distancias con EH Bildu. Legarda denunció de nuevo que las elecciones presidenciales se desarrollaron sin misiones de observación de la Unión Europea ni el Senado, que solo pudo votar una ínfima proporción de los venezolanos residentes en el exterior, y que no se han hecho públicas las actas, entre otras cuestiones. Por ello, pidió que “cese la represión, que se hagan públicas las actas, que se respete la voluntad democrática del pueblo venezolano y que se proporcionen las pruebas públicas para evaluar el proceso con los estándares de la ONU”.

El enfado del PP

El PP no ocultó su enfado, una actitud que amplificó la sensación de que la sesión no transcurrió como esperaba o que había calculado otro desenlace. El propio Tellado se justificó ante el PNV asegurando que su petición urgente se registró hace un mes y ha sido la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, quien la ha retrasado hasta los últimos días de agosto. Legarda le vino a decir que no podía hacerse el sorprendido porque esta es una liturgia habitual, y que también el PP ha actuado de esa manera en los órganos en los que tiene mayoría. 

Pero la cuestión fue pasando a mayores en los posteriores turnos de intervención en otros puntos del debate, donde de manera constante el PP interpelaba al PNV por su voto, ya fuera para que compareciera la ministra Montero por la financiación catalana (“¿no lo van a apoyar para ver si los perjudica en algo”?), o para que el ministro Puente explicara las incidencias en los trenes. En ese caso, el popular Héctor Palencia acusó directamente al PNV de optar por el sentido de voto que le permita mantenerse en Lehendakaritza, con lo que parecía insinuar que el PNV no rompe con Sánchez para que el PSE no le retire el respaldo en el Gobierno vasco.

También EH Bildu anunció su voto en contra de todas las comparecencias, aunque no coincide con el PNV en su posición sobre Venezuela. En lo que sí coinciden es en criticar el “interés mediático” del PP. Los populares sí pudieron resquebrajar el bloque de Sánchez por el flanco de Junts, que sí comunicó su respaldo a varias comparecencias, como la de Montero por la financiación.