El expresident de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont ha vuelto a explicar las motivaciones de su regreso fugaz a Catalunya y posterior huida el pasado jueves con un segundo vídeo publicado el sábado en redes sociales. El también líder de Junts defiende que al renunciar a acercarse al Parlament para intentar asistir al pleno de investidura de Salvador Illa evitó una detención segura, y afirma que no habría tenido ninguna opción para defender sus derechos como diputado electo por el dispositivo policial desplegado por la Conselleria de Interior: “Nunca he querido entregarme”, apostilla.

En un vídeo difundido en su cuenta en X, asegura que “nunca he querido entregarme a una autoridad judicial que ni es competente para perseguirnos por haber defendido el derecho de autodeterminación y haber organizado el referéndum de independencia de Catalunya, ni tiene por otra parte ningún interés para hacer justicia”.

El expresident remarca que su principal intención tras su regreso a Catalunya era la de “estar presente en la sesión de la investidura”, pese a que esto sería, desde su punto de vista, “una detención segura”, que no lo le habría permitido tener “ni la más mínima posibilidad de acceder a la Cámara, como era mi intención”.

El objetivo tras su aparición en Barcelona era entrar en el Parlament y, tras valorar las posibilidades, volver a lugar seguro y regresar a su residencia en Waterloo (Bélgica) pasó a ser el objetivo principal: “Hace falta no aceptar dócilmente lo que este Estado te tiene preparado, aunque hay que estar mentalizado en caso de que se salgan con la suya y, llegado al caso, yo lo estaba”, ha dicho.

Puigdemont criticó al Govern (el jueves todavía estaba presidida por Pere Aragonès, de ERC) por colaborar con la “estrategia de rebelión judicial”. En este sentido, carga con dureza contra Esquerra. “Lo podríamos esperar de los peores días de la represión del gobierno del PP, del gobierno de Mariano Rajoy, pero no de nuestro gobierno”, asevera.

Además, llama a denunciar internacionalmente al Estado español por permitir a jueces del Tribunal Supremo burlarse de las leyes que aprueba su Parlamento, en concreto de la Ley de Amnistía recientemente aprobada. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena mantiene pese a todo la orden de búsqueda y captura de Puigdemont por malversación de caudales públicos por organizar el referéndum del 1 de octubre de 2017, interpretando que la malversación no entra en la Ley de Amnistía. 

Asimismo, critica las actuaciones contra tres mossos que han tenido que declarar por si hubieran ayudado en la huida de Puigdemont el pasado jueves. “La represión desatada es ahora mismo feroz y se está encarnizando contra unas determinadas personas, sobre todo con el deseo de venganza propio de otros tiempos y de otros regímenes”, ha añadido en su comunicado.

Coincidiendo con la toma de posesión de Illa como president de la Generalitat, Puigdemont valora que se abre una “etapa nueva”, destacando que el nuevo paisaje político que abre una Generalitat liderada por el PSC “no son las circunstancias más favorables”, aunque matiza que es un escenario fruto de “decisiones legítimas”.

Huir sin ser detenido

En todo caso, mantiene su apuesta por el procés independentista y no lo da por enterrado tras la investidura de un president socialista: “El proceso de independencia se acabará con la independencia”, matiza. “Hace falta explicar las razones por las cuales queremos la independencia. Hace falta llegar a todos los rincones del país, cada uno con su lenguaje, con su estrategia. Lo tenemos que hacer para recordar los enormes e insostenibles costos de la independencia y cómo estos costos afectan a la vida cotidiana de los ocho millones de catalanes”, subraya.

Al final del comunicado, Puigdemont agradece a las personas que han hecho posible su operación de volver a Catalunya y huir sin ser detenido, y emplaza al independentismo a hacer “decenas de miles de acciones” individuales y colectivas para, textualmente, descolocar el Estado español.