El lehendakari Pradales inició este viernes su ronda de contactos con los agentes sociales empezando por el sindicato mayoritario en Euskadi, ELA; y a su secretario general, Mitxel Lakuntza, le faltó poco para calificar de histórico el encuentro porque recordó que es la primera vez en más de diez años que un lehendakari recibe a su central en Ajuria Enea. Iñigo Urkullu recriminaba a ELA que exigiera encuentros bilaterales mientras se negaba al mismo tiempo a participar en los órganos multilaterales, como la mesa de diálogo social con el resto de sindicatos y la patronal, pero Pradales ha echado pelillos a la mar en un intento de recomponer la relación. Sin embargo, ELA no se ha planteado un gesto de reciprocidad. Lakuntza aseguró en la rueda de prensa posterior al encuentro que no habrá un “parón” en su actividad (en alusión a las movilizaciones en las calles, las huelgas y la conflictividad) hasta que no se solucionen los problemas que señala en el documento trasladado a Pradales, compuesto por 15 puntos. El secretario general sigue defendiendo que los acuerdos y las mejoras salariales vienen precisamente gracias a la movilización y no va a reconsiderar ese punto mientras la patronal no se avenga a pactar aumentos acordes al IPC. No es que Pradales le haya pedido una tregua (los profesionales sanitarios ya revelaron tras su cita que el lehendakari no pidió contrapartidas ni paz social, y lo que hizo fue exponer sus propuestas y metodología), pero Lakuntza tampoco se replantea por propia iniciativa la estrategia.

El sindicato, por ahora, no abandona las posiciones que el PNV ya calificó en su momento como una estrategia de máximos. Además, Lakuntza agradece la cortesía de Pradales, pero no sus decisiones. Cree que no hay cambios estructurales en el Gobierno vasco, critica el alcance del acuerdo PNV-PSE, y también marca distancias con las directrices presupuestarias asegurando que van a consagrar el déficit cero. Y, en su apuesta por ejercer como contrapoder, también ha criticado a EH Bildu por dejar a Osakidetza fuera de la negociación de los Presupuestos. Lakuntza admite que la “planificación” en el sistema sanitario puede ser un problema, pero cree que, sobre todo, “falta inversión”, y cree que la posición de EH Bildu es “errática”. No hubo comparecencia del lehendakari, y fuentes de su equipo consultadas por este periódico declinaron hacer ninguna valoración para mantener el perfil institucional y conciliador.

Las demandas de ELA

Lakuntza participó en la cita acompañado por la secretaria adjunta, Amaia Muñoa, y comenzó asegurando que el encuentro se ha producido tras "más de una década sin relaciones por la negativa" de Urkullu "a dialogar y mantener una relación mínima" (desde 2013). Por ello, puso en valor que la cita supone la "recuperación de la necesaria interlocución entre el primer sindicato del país y el lehendakari". Sobre el papel, Lakuntza se mostró dispuesto a una relación bilateral con el lehendakari y a explorar acuerdos. A continuación, anunció que le ha presentado un documento con 15 medidas "que permitirán medir la voluntad de cambio del Ejecutivo de Gasteiz". El sindicato pide una reforma fiscal profunda, un aumento significativo de los Presupuestos y de manera específica de las partidas destinadas a Osakidetza, un marco vasco de relaciones labores y protección social que incluya fijar por ley un salario mínimo propio, y avanzar en un nuevo marco jurídico-político que recoja el derecho a decidir, el reconocimiento nacional y la protección del euskera.

No habrá parón

Avisó de que ELA "no va a hacer un parón en su estrategia para esperar a que los problemas se resuelvan”. “Vamos a seguir planteando esos problemas que tienen que ver con lo que el sindicato se encuentra todos los días en los centros de trabajo y lo que su afiliación le transmite, la preocupación por el proceso de empobrecimiento, por la precariedad, por la situación de la vivienda y, evidentemente, el sindicato no va a hacer un parón en su actividad ordinaria hasta que las cosas se solucionen", descartó. También mantiene su crítica a la mesa de diálogo social o al Consejo de Relaciones Laborales, foros "vacíos y sin contenido". Incluso cree que, en muchos casos, vulneran los principios democráticos porque, en el CRL, donde ELA no quiere participar, el resto de agentes se reparten sus puestos en lugar de dejar las sillas vacías. Llegó a compararlo con que un grupo político decidiera no acudir al Parlamento Vasco y el resto se repartiera sus escaños.

Antes de las elecciones, Pradales puso sobre la mesa que Euskadi apenas representa el 5% de la población del Estado, pero concentra el 50% de las huelgas y, además, la conflictividad se concentra en el sector público aunque en Euskadi hay más de un millón de personas trabajando y solo 165.000 lo hacen en ámbitos dependientes de la Administración. Respetó el derecho a la huelga, pero opinó que en los últimos tiempos se está convirtiendo en un recurso ordinario.

La ronda del lehendakari con los agentes sociales seguirá el lunes con los sindicatos LAB y CCOO, el miércoles se verá con la patronal Confebask. La cita con UGT está pendiente de un problema de agendas.