El depósito de la confianza del PNV en Pedro Sánchez, que estaba bajo mínimos, se va llenando de nuevo tras el cumplimiento de los últimos acuerdos sobre la prevalencia de los convenios y la desanexión de Usansolo. Los jeltzales admiten su satisfacción, en vista de que Sánchez ha asumido su minoría parlamentaria y que necesita al PNV, pero mantienen el tono de exigencia y vigilancia, porque el acuerdo con el PSOE que permitió la investidura del presidente español va mucho más allá. El portavoz jeltzale en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, ha aprovechado este miércoles la sesión plenaria de balance de la presidencia europea de Pedro Sánchez para afearle la “muy escasa” participación de las comunidades autónomas y de las Cortes estatales en esa etapa, y lo mucho que ha costado impulsar el inicio de los trabajos para constituir la macrorregión atlántica (el propio lehendakari Urkullu tuvo que dirigirse por carta a Sánchez para que rectificara y no sacara ese punto del orden del día de la Comisión de Asuntos Generales europea).

Mirando al futuro, le recordó que su pacto recoge la presencia vasca en Europa, y le planteó dos situaciones especialmente flagrantes: le recordó que la Ertzaintza, como Policía integral, debe tener presencia en todos los foros europeos; y que las haciendas forales vascas también deberían tomar parte en los órganos del continente. La participación en el Ecofin, el Consejo que reúne a los ministros de Finanzas, es una demanda histórica. También le apretó con el uso oficial del euskera.

Esteban lamentó que el adelanto de las generales en julio pusiera patas arriba el calendario y descafeinara algunas gestiones de la presidencia europea. Sánchez le reconoció que “evidentemente tenemos una tarea pendiente, la representación de los gobiernos cuando las áreas les competan” en los consejos europeos. Y, sobre la oficialidad del euskera en Europa, expresó el “compromiso total y rotundo” de que su Gobierno va a seguir trabajando por la vía diplomática para conseguirlo. Vino a decir que él pone de su parte y que, si hay resistencias o frenos en Europa, ya no es cosa suya y escapa a su control. En otra respuesta a los soberanistas catalanes, añadió que, el 11 de diciembre, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, envió una carta a todos los estados miembros de la Unión para defender el uso de los idiomas cooficiales, además de asumir su coste. “Mi absoluto cumplimiento del compromiso, hasta donde yo puedo”, resumió. También se refirió a los retrasos para convertir a Bilbao en sede de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, y aseguró que el acuerdo ya se ha firmado, los recursos se han trasladado a la ONU, y la “burocracia” de las Naciones Unidas ya no es cosa suya.

Cuando faltan tan solo un puñado de jornadas para que culmine la presidencia española en el Consejo (el testigo pasará en enero a Bélgica), el PNV pidió a Sánchez que no ceje en su empeño con el euskera y aseguró que, para los jeltzales, es “casi más importante” que la lengua vasca sea reconocida en Europa que en el Estado español, por el paraguas que ofrece.

El acuerdo

El acuerdo PNV-PSOE firmado el 10 de noviembre incluye que a la delegación española que asista a las reuniones de los grupos de alto nivel y del plenario sobre cuestiones tributarias en Europa se le incorporará “un miembro de las instituciones vascas” que acudirá siempre que las circunstancias técnicas lo permitan. El Gobierno español, además, impulsará la presencia de las instituciones vascas en los foros internacionales de fiscalidad de la OCDE. El PNV lleva años poniendo sobre la mesa la contradicción que supondría tener haciendas propias, con capacidad para regular los impuestos y recaudarlos, y sin embargo no tener participación en los debates internacionales que abordan esa nueva fiscalidad.

El acuerdo incluye, asimismo, la participación del consejero o consejera de Seguridad en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior en Europa.