Algo más de dos años después, Santiago Abascal vuelve a la carga con otra moción de censura, la segunda contra el Gobierno de Pedro Sánchez y la sexta desde 1977.
La iniciativa de Vox de octubre de 2020 y la que acogerá el Congreso este martes y miércoles tienen en común sus nulas posibilidades de salir adelante, pero hay un buen puñado de diferencias entre ellas.
Para empezar, entonces el candidato era el propio Abascal, quien en esta ocasión ha cedido su lugar a un aspirante independiente: el economista y expolítico, Ramón Tamames, quien desde que aceptara el encargo de Abascal no ha dejado de acaparar portadas, en muchas ocasiones para escarnio del protagonista, que a sus 86 años se ha convertido en el candidato más longevo en defender una moción de censura.
Además, el PP no ha optado por la misma estrategia. En 2020, el todavía líder de los populares, Pablo Casado optó por desmarcarse de la iniciativa de Vox, pero en esta ocasión la cercanía de las elecciones ha inclinado por la abstención al Partido Popular.
Del PCE a postulado de Vox
Desde que Vox anunció su intención de presentar una moción de censura hasta que finalmente registraron su iniciativa pasaron casi tres meses. En este tiempo la formación de ultraderecha buscó un candidato independiente y Ramón Tamames mantuvo la incógnita durante semanas hasta que confirmó que aceptaba la oferta del partido de ultraderecha.
La vuelta a la palestra del economista y expolítico ha sorprendido a muchos porque sus tesis difieren mucho de las de VOX, si bien es cierto que su ideología ha ido evolucionando hacia le conservadurismo.
Ramón Tamames comenzó su activismo contra el franquismo en la universidad. Militó en el Partido Comunista en el que adquiriría especial protagonismo en los años setenta formando parte de su ejecutiva y convirtiéndose en diputado tras las elecciones de 1977. Dos años después Tamames fue nombrado en teniente de alcalde de Madrid tras concurrir a las municipales en una candidatura común junto al PSOE, encabezada por Tierno Galván.
Sus discrepancias con Santiago Carrillo le llevaron a abandonar el PCE en 1981, y tres años después creó su propio partido, la Federación Progresista con la que participaría en la formación de Izquierda Unida, de la que llegó a ser cargo electo. Sin embargo, poco después abandonó la formación y en un giro ingresó en una ya decadente CDS.
Tamames ha protagonizado episodios muy controvertidos. Hace solo unos días el concejal de Más Madrid, Félix López-Rey, recordaba como el voto del economista fue clave en 1989 para arrebatar la alcaldía de Madrid a Juan Barranco. El PP y CDS pactaron una moción de censura contra el entonces primer edil socialista. Tamames votó a favor de la iniciativa a pesar de haber llegado al ayuntamiento siendo cabeza de lista de Izquierda Unida. El consistorio de quedó en manos de José María Álvarez del Manzano.
Incongruencias con las tesis de Vox
Ramón Tamames ha sabido generar expectación sobre el contenido de su discurso puesto que desde que aceptara la oferta de Vox, se ha prodigado en los medios de comunicación mostrando sus discrepancias con muchas de las tesis de la formación de ultraderecha. De hecho, ha llegado a insinuar que hubiera encabezado una moción de censura que hubiera partido de cualquier otra formación.
El economista se ha desmarcado varias veces de Vox como cuando afirmó que ve “exagerado” que el partido de Abascal diga que el Gobierno de Sánchez es el peor de la historia, o al reconocer la existencia del cambio climático. Los argumentos de Tamames respecto a la mujer o la migración tampoco coinciden con los de la ultraderecha.
Ante la rumorología que apuntaba a que Vox se había arrepentido del candidato elegido, Abascal y Tamames ofrecieron el pasado jueves una rueda de prensa en la que ambos minimizaron las discrepancias. El líder de la ultraderecha destacó que las diferencias ideológicas son lógicas porque habían buscado un candidato independiente que pudiera defender las ideas de gran parte de la sociedad y no solo de los votantes de Vox. “Si hubiéramos querido un candidato que representará solo a los votantes de Vox, me hubiera presentado yo”.
Tamames restó importancia a las discrepancias y dijo sentirse cómodo siendo el candidato de Vox porque al igual que él defiende “la unidad de España, la monarquía y la bandera”.
Tamames intervendrá desde el escaño de Abascal
El economista pidió a la presidenta del Congreso de los Diputados no intervenir desde la tribuna de oradores, dada su edad avanzada, ya que tendría que hacerlo de pie y acceder por las escaleras. Meritxel Batet accedió a sus peticiones y finalmente, Tamames intervendrá desde el escaño de Santiago Abascal.
Participación de Sánchez
Ramón Tamames será el primer en intervenir el próximo martes en el Congreso para defender la moción de censura. No tendrá un tiempo límite. Después tomará la palabra el Pedro Sánchez, que tampoco estará condicionado por el reloj, y además tendrá derecho a tomar la palabra cuando lo desee para dar la réplica a cualquiera de los grupos parlamentarios.
Sánchez aprovechará su intervención para poner en valor sus logros durante la legislatura y la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, señalaba que la moción de censura servirá para contraponer dos modelos de país, el que tiene el Gobierno y el que tiene la extrema derecha.
El presidente español será junto a Tamames el gran protagonista de la moción de censura puesto que ha rechazado la propuesta de Unidas Podemos que abogaba por aprovechar la oportunidad y confrontar el machismo de Vox poniendo en valor el feminismo propiciando que las intervenciones del Gobierno y de los grupos estuvieran lideradas por mujeres.
Un PP incómodo
El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijoó, ha criticado la moción de censura de Vox cada vez que se le ha preguntado por esta cuestión. Considera que la iniciativa solo beneficia a Pedro Sánchez y al PSOE en un momento preelectoral. De hecho. Nuñez Feijoó no acudirá al Congreso durante la moción de censura a pesar de poder estar presente en el hemiciclo al ser senador.
Sin embargo, el voto del PP será en esta ocasión muy diferente al de los populares en la moción de Vox de 2020. En aquella el grupo popular votó en contra, y de hecho Pablo Casado pronunció un discurso muy recordado con el que se intentó alejar de las tesis de la ultraderecha.
En esta ocasión el PP ha optado por la abstención dada la cercanía de las elecciones y ante la posibilidad de poder necesitar el apoyo de Vox para conseguir o mantener el poder en algún gobierno local o autonómico.
La moción de Vox no saldrá adelante
Vox sabe que su iniciativa está abocada al fracaso. El partido de Santiago Abascal cuenta con 52 diputados en el Congreso. Y todo indica que esos serán los únicos apoyos que logren . Su primera moción de censura fue la que menos respaldo logró de todas. En aquella ocasión el resultado final fueron 52 síes y 298 noes.
Salvo sorpresas de última hora, lo único que cambiará en esta ocasión será que los 88 votos en contra del PP de 2020 se convertirán en abstenciones.