- En el nuevo escenario que se abrirá tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP, dos nombres aparecen situados sobre el alambre: los de los presidentes del PP vasco y extremeño, Carlos Iturgaiz y José Antonio Monago.

A Iturgaiz lo recuperó Pablo Casadopara sustituir a las puertas de las elecciones autonómicas de 2020 a un Alfonso Alonso que ha reaparecido esta semana para reclamar un congreso en el PP vasco en el que dice que quiere aportar aunque tenga “completamente descartado” volver a la primera fila. “Siempre será un referente para el PP vasco y el PP en su conjunto”, dijo ayer sobre Alonso la secretaria general de los populares vascos, Laura Garrido, quien quiso dirigir la mirada hacia el congreso que ya ultima el PP en Sevilla para encontrar allí las claves que definirán esta “nueva etapa” y las personas llamadas a dirigirla. “No digo que tenga que ser Carlos Iturgaiz u otro. Eso ya se decidirá en el congreso”, decía Alfonso Alonso la víspera, dejando entrever el nivel de apoyo con el que el actual presidente del PP vasco llegará a esa cita.

Similar es la situación que está viviendo su homólogo en tierras extremeñas, José Antonio Monago, según se desprende de las declaraciones que hizo ayer: “Si se quiere prescindir de mí, que se me diga con anticipación, para recoger los papeles”.

Monago quiso subrayar que los cambios en la dirección nacional del partido no suponen un cambio en su disposición a presentarse a la reelección. De hecho, planteó ante Génova dos cortantes reflexiones. Que será él quien fije la fecha para el congreso regional que decidirá si sigue o no al frente del partido -“no voy a permitir que mañana salga Madrid diciendo la fecha sin saberlo yo, porque entonces no va a ser esa fecha”, dijo-. Y que entonces la decisión será únicamente de los militantes extremeños, ya que hablar de un “candidato de Génova” es “una ofensa”. ¿Servirá la cita de Sevilla para cerrar heridas?, le preguntaron. “Cuando uno trabaja con juntas de culatas se araña una y se tira”, pero “las personas no”. Las “heridas que ya vienen desde el [anterior] congreso” dejaron “cicatrices” que ahora toca “restañar”, respondió.