añana lunes se cumplirá una semana de la declaración del Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK) anunciando su voluntad de poner fin a los ongi etorris y ser recibidos tras salir de la cárcel de “modo privado y discreto, siguiendo el camino emprendido en los últimos meses”.
Hemos recabado la opinión de Marta Buesa, hija de Fernando Buesa, de Robert Manrique, víctima en Hipercor, de Agus Hernan, coordinador del Foro Social Permanente, de Xabier Mugarza, miembro de Gogoan, y de Joseba Azkarraga, de Sare. En conjunto destaca el consenso existente sobre el carácter positivo del anuncio. A partir de ahí, matices y enfoques diversos, tal vez incluso complementarios. Entre las dos víctimas de ETA consultadas, Marta Buesa transmite más reservas que Robert Manrique. Otro que muestra cautelas es el miembro de Gogoan, Xabier Mugarza. Al fin y al cabo, su asociación compartió esta semana comunicado con la Fundación Fernando Buesa y Elkarbizi. “Llaman a las víctimas damnificadas de nuestra militancia pasada. Damnificados son los de Cumbre Vieja”, apunta Mugarza, que también critica, abriendo el foco, la falta de voluntad existente “respecto a “violencias de Estado, guerra sucia y demás, que ha habido en esta tierra y que no la podemos obviar”. Escasos pasos en este sentido, “sobre todo desde Madrid”, añade, y pone el ejemplo de la cuestión de los secretos oficiales, algo que, dice, “dificulta cualquier trabajo para tratar de generar empatía”.