- El constitucionalismo volvió a pinchar en su nuevo intento de demostración de fuerza en Catalunya. Las entidades unionistas apenas pudieron congregar a unas 3.700 personas, según la Guardia Urbana, en una marcha en Barcelona liderada por representantes de Vox y el PPC pero no de Ciudadanos, que se descolgó finalmente del acto. Bajo el lema Juntos por lo que nos une: España y la hispanidad, se corearon consignas a favor de la unidad de España, hubo exhibición de rojigualdas, carteles a favor de la Constitución y se profirieron algunos cánticos pidiendo que se encarcele al president en el exilio Carles Puigdemont. En la manifestación participaron el líder de Vox en el Parlament, Ignacio Garriga, los dos portavoces parlamentarios de la extrema derecha, Juan Garriga y Antonio Gallego, así como el secretario general del PPC, Santi Rodríguez, y el líder en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou. La ausencia de Ciudadanos generó mucha sorpresa entre los organizadores, y el dirigente naranja, Carlos Carrizosa, la justificó por el objetivo de querer marcar perfil propio, negando diferencias con la plataforma Cataluña Suma por España, que agrupa a diversas entidades afines al unionismo.
El presidente de Societat Civil Catalana, Fernando Sánchez Costa, reconoció su incredulidad ante el anuncio de C’s después de que sí estuvieran presentes en 2019. El presidente de Cataluña Suma, Javier Megino, la asociación que agrupa a SCC y otras entidades constitucionalistas convocantes este 12-O, admitió que “desconocía” que C’s no fuera a acudir. Desde Vox, Garriga acusó a la marca naranja de llevar “décadas bajando la cabeza” en Catalunya, mientras que el PP evitó criticar su ausencia.
Paralelamente a esta convocatoria, se produjo el habitual acto de la extrema derecha con motivo del 12-O, convocado por Democracia Nacional, en el que se quemaron senyeras y esteladas, y se lanzaron gritos a favor del dictador Francisco Franco. Asimismo, en la plaza de la Universitat de Barcelona, la plataforma Som Antifeixistes convocó una protesta bajo el lema Nada a celebrar, si bien fueron desviados hacia la estación de Sants por los Mossos d’Esquadra para evitar incidentes.