El lehendakari no ha hecho público de manera oficial si acudirá a la Conferencia de Presidentes convocada por Pedro Sánchez para el viernes de la semana que viene. Pero, de momento, las sensaciones no son nada buenas. Iñigo Urkullu tiene razones de forma y fondo que no le ayudan a valorar de manera positiva su asistencia: por un lado, el presidente del Gobierno español la convocó de manera unilateral y, un mes después de su anuncio, el lehendakari todavía desconocía esta convocatoria y los temas que se iban a abordar; y, por otro lado, un foro bilateral y singular como la Comisión Mixta del Concierto Económico no se ha convocado aún para concertar los nuevos impuestos. A todo ello se suma que Sánchez no ha respondido a su apuesta por un marco de seguridad jurídica para que las comunidades autónomas puedan tomar medidas contra el coronavirus, o que la mascarilla sea obligatoria salvo en entornos naturales sin concurrencia de personas. Fuentes del entorno del lehendakari confirman a DEIA que ha recibido la invitación, pero aún no ha hecho pública su decisión.
El propio Sánchez mantiene en vilo a los presidentes al enviar a cuentagotas el orden del día y revelar poco a poco lo que se tratará, y conocer los temas es un punto que puede condicionar al lehendakari a la hora de tomar su decisión. No obstante, Urkullu ya dejó ver su malestar en la entrevista concedida a DEIA: dijo no saber nada de la conferencia y avisó de que tiene su agenda. Sánchez anunció a través de los medios que se abordaría el reto demográfico, el reparto de los fondos europeos y la vacunación.
Está levantando ampollas con la gestión de esta reunión, que será presencial en Salamanca. El president Pere Aragonès ya se desmarcó para apostar por los encuentros bilaterales, y el PP ha denunciado que no se ha cumplido el reglamento que obliga a convocar con veinte días de antelación. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, confirmó que acudirá a esta cita, pero avisó de que será la última si siguen sin cumplir el reglamento. Además, se queja de que solo tendrán cinco minutos para intervenir. Estas reuniones suelen saldarse con intervenciones en cascada de los presidentes autonómicos, sin demasiada ocasión para el debate, lo que pone en solfa la plasmación de una verdadera cogobernanza.
LAMBÁN AGITA EL FANTASMA DE LOS PRIVILEGIOS
Por otro lado, el socialista Javier Lambán, desde Aragón, con un mensaje centralista y agitando otra vez el fantasma de los privilegios, defendió que “es la hora de las comunidades autónomas que defienden la unidad de España”. “Hay quien tiene una prevención, no sé si excesiva o atinada, sobre que los fondos europeos pueden ir a parar al País Vasco y Cataluña que, secularmente, ha recibido más aportaciones”, dijo, para apostar en sentido contrario en la conferencia.
El lehendakari acudió a todas las conferencias de presidentes durante el estado de alarma (se celebraron por videoconferencia), pero siempre ha puesto en duda su utilidad y pide no reemplazar los foros bilaterales característicos de la naturaleza foral de los territorios vascos.