Maddalen Iriarte Okiñena, la cara del doble cambio

Maddalen Iriarte Okiñena, la cara del doble cambio

addalen Iriarte Okiñena (Donostia, 1963) afronta la campaña electoral como la cara del cambio doble. Por un lado, aspira a ser la candidata que releve a Iñigo Urkullu en Lehendakaritza y, por otro lado, busca ser la figura que confirme el cambio de rumbo de Euskal Herria Bildu y de la izquierda soberanista.

Como al resto de candidatos, a Iriarte la campaña le llega tras semanas de estado de alarma, meses de incertidumbre y mucho trabajo a contrarreloj, donde se han sumado las obligaciones del día a día a las tareas que ha marcado el confinamiento familiar. Más aún como madre de cinco hijos (el menor tiene 13 años) y cuando su marido es médico en un ambulatorio de Osakidetza, lo que llevó a "un doble confinamiento" en el domicilio de la candidata, en Durango.

Hija de un navarro presidente de las ikastolas y de maestra guipuzcoana, la infancia y la juventud de Iriarte se desarrollaron en Donostia. Creció en la calle Arrasate y los primeros dos años lo hizo en ausencia de su padre, torturado por Melitón Manzanas y preso en una cárcel franquista. Aficionada al atletismo, en el que llegó a ser campeona de Gipuzkoa en categorías inferiores en pruebas como los 100 y los 200 metros, se embarcó a estudiar Derecho durante cuatro años hasta que se cruzó el Periodismo. Hizo sus pinitos durante cinco años en Herri Irratia, aunque gran parte de su trayectoria la ha realizado en Euskal Irrati Telebista.

Han sido 30 años. Hasta 2016, cuando arrancó su carrera política al presentarse como número 2 de la lista de EH Bildu por Gipuzkoa en las autonómicas. Plancha que no pudo encabezar Arnaldo Otegi por su condena en el caso Bateragune. Iriarte era una de las grandes sorpresas que la joven coalición, necesitada de una renovación, había prometido en aquella precampaña.

Con aquel paso, la hasta entonces presentadora de ETB apagaba los focos de unos platós en los que se había movido durante 30 años y a los que el día que deje la política quiere regresar si se da la oportunidad, pero ya no delante de las cámaras. Una trayectoria profesional lejos de sus comienzos estudiantiles en Derecho apegada al día a día, tanto en informativos como en programas de actualidad. Premiada con galardones como Emakunde y Argia, colaboró con medios como Egunkaria, Berria, Noticias de Gipuzkoa y la revista Zazpika.

Hasta que se zambulló en la arena política. Entró en el Parlamento Vasco como parlamentaria de EH Bildu, que la nombró portavoz del grupo sin ser militante de Sortu, EA, Alternatiba ni Aralar, y aspirante a lehendakari pese a no contar con los apoyos para hacer efectiva la candidatura. La coalición, que salía de la apuesta por Laura Mintegi la anterior legislatura, empezaba a intentar dibujar otra imagen pública.

Iriarte, junto a la portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Gasteiz, Miren Larrion, y a la parlamentaria Jasone Agirre (las tres encabezaron las listas de 2016) han liderado esta legislatura el triunvirato que ha procurado abrir y cerrar según el momento las manillas del pacto y de la confrontación. Una estrategia de oposición útil que tanto en municipios como Irun como en el Gobierno navarro y el Congreso de los Diputados busca alejar a EH Bildu de la imagen en ocasiones antisistema de la izquierda soberanista vasca.

Bandera de otra forma de hacer política, esta legislatura Iriarte ha procurado conjugar la portavocía de una coalición en la que hoy conviven militantes que asumieron estrategias políticas violentas con la posibilidad y necesidad de EH Bildu de avanzar en acuerdos con el resto del arco parlamentario. Ese mismo arco que exige en concreto a Sortu nuevos pasos hacia la convivencia.

En ese tránsito confían EH Bildu y la propia candidata en encontrar su posición. Un gran hueco que, defienden, ya conecta con la mayoría de la sociedad vasca. Una nueva era de pactos y gestos que Iriarte, una de las dos candidatas que menos tiempo llevan en la arena política (junto a Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos-Ezker Anitza), pretende consolidar en su primera cita como aspirante oficial a lehendakari. Las urnas dictarán el día 12 si el cambio de EH Bildu se consolida como para conectar con la mayoría social vasca. Solo si lo consigue, la coalición estará cerca del cambio en Lehendakaritza.