gasteiz - Alberto López Basaguren, el jurista designado por el PSE para elaborar el articulado del futuro Estatuto vasco, advirtió ayer del "miedo" que le producen las expectativas creadas en torno al nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos en relación a la cuestión territorial, y que ha salido adelante después de que dicho ejecutivo pactara con ERC la creación de una mesa política para dar solución a la crisis catalana. Un día después de que los expertos nombrados por EH Bildu, Iñigo Urrutia; y Elkarrekin Podemos, Arantxa Elizondo; delegaran en Pedro Sánchez la solución al problema territorial, ayer López Basaguren alertaba de la "frustración" que podría generar creer que una negociación política puede modificar por sí misma el estado de las Autonomías.
En ese sentido, el Catedrático de Derecho Constitucional recordaba cómo la reforma del Estatut chocó de frente con el poder judicial y generó un malestar en Catalunya que acabó desembocando en el procés. "Me da miedo que se interprete que esta situación política ofrece posibilidades de introducir determinadas cuestiones que no pueden tener ninguna viabilidad; que permite transformar elementos esenciales del sistema autonómico a través de la reforma del Estatuto", dijo, ya en referencia a Euskadi.
Así, López Basaguren recela de "la forma en que algunos plantean este nuevo tiempo político" y de eventuales "objetivos que no se pueden canalizar a través de la reforma estatutaria", pues "en un Estado de Derecho el procedimiento condiciona lo que se puede y no se puede hacer". Esos objetivos, advirtió, deberían venir precedidos de una reforma de la Constitución.
En todo caso, el jurista subrayó que la reforma estatutaria se justifica por sí misma, más allá de otros objetivos, porque aunque el Estatuto de Gernika de 1979 concitó en su día un importante consenso, precisa de una revisión que ilustró con una metáfora. "Es el proceso que nos llevará a rehabilitar la vivienda interna del Autogobierno. Rehabilitar las viviendas periódicamente es indispensable para tener una habitabilidad al gusto de quienes viven en esa vivienda. Hay que arreglar los problemas e incluso acondicionar lo que ha funcionado bien, hay que pintar las paredes de vez en cuando; y hay que hacer esas obras que sin tocar los cimientos ni mover las paredes maestras", afirmó.
En cuanto al mandato parlamentario a los cinco expertos para redactar un borrador de articulado del futuro Estatuto, el experto aseguró que es lógico que haya discrepancias en un texto de trabajo que, a su juicio, aún no está maduro para ser votado en Pleno, pues "necesita cierto trabajo de pulido". En cualquier caso, afirmó en una velada crítica a los partidos, "con un mandato político más concreto es posible arreglar los desacuerdos en el ámbito técnico". Y en cuanto a las cuestiones nucleares del debate, como la inclusión del derecho a decidir, López Basaguren cree que "hay que conseguir acuerdos", y para ello los partidos "tienen que decidir qué importancia dan a esos problemas".
Por otro lado, López Basaguren disiente de quienes creen que la reforma del Estatuto puede entrar en una vía muerta si no se encarrila en la actual legislatura, a la que le queda menos de un año para concluir. El experto señaló que "si hay voluntad de los partidos de seguir con este procedimiento se iniciaría la nueva legislatura con un trabajo muy desbrozado y con posibilidades de concluir sobradamente a tiempo la propuesta de reforma del Estatuto. Incluso -añadió- coincide bien el tiempo de cara a la próxima legislatura".
En cuanto a su aportación en el grupo de trabajo de juristas, López Basaguren explicó que "solo podía avalar" un trabajo que "fuese sostenible técnicamente, que pudiese ser construible jurídicamente"; que gozara del mayor consenso posible y, en esa misma línea, que partiera de "los fundamentos del consenso estatutario de 1979".