donostia - Pocas veces el aterrizaje de un avión levanta semejante expectación. In situ, o a través de las redes sociales, donde se rebotaron las imágenes hasta la saciedad, la llegada ayer al aeródromo de Hondarribia de un enorme carguero de las fuerzas armadas de Estados Unidos causó impresión. El avión militar, un Boeing C-17 Globremaster de 53 metros de longitud, traía además en sus tripas una mercancía singular: un Marine One, uno de los helicópteros que suele llevar a bordo al presidente estadounidense, Donald Trump.

El aparato, al parecer procedente de una base aérea de Dover (Inglaterra), aterrizó en Hondarribia pocos minutos después del mediodía. “Ha sido un aterrizaje con total normalidad”, explicaron fuentes de Aena a este diario. ¿Y cómo es posible que un aparato de semejante envergadura aterrice en Hondarribia, un aeródromo continuamente cuestionado por la limitada longitud de su pista? Porque un avión de estas características puede posarse prácticamente sobre cualquier superficie. “No es lo mismo las necesidades que requiere un avión comercial a las de uno militar. Un avión de este tipo puede aterrizar en una pista corta, en una pista de tierra... En una pista de un kilómetro puede aterrizar y despegar”, señalaron las mismas fuentes.

De hecho, a eso de las 13.30 horas, cuando despegó del aeropuerto guipuzcoano, el carguero de EEUU apenas necesitó medio kilómetro de la pista para plantarse encima de los edificios de Hendaia.

Durante el tiempo que permaneció en las instalaciones, una veintena de trabajadores, junto a una docena de militares estadounidenses, descargaron del interior de la aeronave numeroso material para la cumbre del G-7 que se iniciará el próximo viernes en Biarritz.

Entre cajas y bultos, lo más preciado sin duda era el Marine One, un helicóptero VH-60N Whitehawk que pilota el Cuerpo de Marines y que se utiliza para los desplazamientos del presidente Trump (el vicepresidente viaja en el Marine Two).

El helicóptero, también de grandes dimensiones, quedó alojado en los hangares del aeropuerto, según confirmaron las mismas fuentes de Aena. Trump suele desplazarse en el Marine One y en la limusina presidencial en todos sus desplazamientos, ya sean en EEUU o fuera de su país. En el caso del Marine One, acostumbran a volar varios helicópteros idénticos al mismo tiempo, en ocasiones hasta cinco, como medida de seguridad. Según señaló ayer ETB, el Air Force One en el que viajará Trump a la cumbre podía aterrizar en Mont-de-Marsan.

El Boeing que aterrizó ayer es uno de los aviones más grandes que nunca han recalado en el aeropuerto de Hondarribia, donde las naves de mayor tamaño que operan son los Airbus 320 Neo de la compañía Vueling, de 37 metros de longitud. Fuentes de Anea consultadas por este periódico señalaron que no esperan más vuelos de este tipo en los próximos días con motivo de la cumbre de presidentes del G-7.