estaba convencida de que los Presupuestos para el 2019 serían aprobados en el Parlamento Vasco. También pensaba que Bildu iba a enfocarlo con mayores dosis de realismo político. Ya sé que se pueden prorrogar y que no se acaba el mundo, pero, con tantas idas y venidas desde septiembre, el daño es mayor que no tener las Cuentas para responder a nuestras necesidades en el 2019.

Por otro lado, entiendo y comparto la decisión del lehendakari Urkullu de retirar el proyecto y que no se diera en el Parlamento un debate que, podría salir por peteneras y con el riesgo de llegar a votar unos Presupuestos con, seguramente, demasiados objetivos contradictorios. Además, creo que es de ley alabar el trabajo del Consejero Pedro Azpiazu que ha demostrado buen hacer, cintura y ganas de acuerdo.

Tengo entendido que ha habido numerosas reuniones de negociación directa -al menos siete-, y que el Gobierno les ha enviado unas cuantas propuestas que mejoraban las anteriores en un intento claro de llegar a pactarlos. ¿Por qué la decisión de Bildu? ¿Por qué han mantenido la misma posición, aparentemente, sin flexibilidad y sin contrapropuestas asumibles y realistas? ¿Por qué empecinarse en las pensiones cuando saben que no es competencia vasca y si del Gobierno español?

Intentar afear al Gobierno de Gasteiz con algo que no le compete no tiene más explicación que buscar diferencias donde no debe haberlas. Si no nos gusta esa cruda realidad de las pensiones, el lío se tiene que montar en Madrid, reclamando allá lo que recaudan con nuestras aportaciones a la Seguridad Social. Y, por supuesto, exigiendo esa competencia que nos permitiría, además de administrarlo mejor, responder a las necesidades de la ciudadanía.

Me pregunto si las elecciones de mayo tendrán algo que ver, porque las vascas del 2020 están aún lejos y ya sabemos que la memoria de la gente es olvidadiza para sacarle rendimiento a tan largo plazo. Quizás la intención sea provocar unas elecciones anticipadas, pero en este momento no hay ninguna razón.

Resumiendo, ¿son mejores los Presupuestos que tenemos en el 2018 que los propuestos para el 2019 con un aumento de gasto del 3,6%? ¿O es mejor la oferta de Azpiazu rechazada por Bildu? Por citar solo algunos ejemplos, esto es lo que nos perdemos: actualización progresiva de las cuantías a las personas pensionistas perceptoras de RGI, eliminación de las reducciones para la conciliación de la vida laboral y familiar, promover la contratación indefinida y planes en apoyo al empleo de calidad para jóvenes y personas paradas de larga duración, la subida salarial en el sector público, programas de desarrollo rural, inversiones como en la lonja de pescado de Bermeo y otras, ralentización de construcción de vivienda pública, incremento del apoyo al empleo protegido en los CEEs, plan para la reducción de la brecha salarial entre mujeres y hombres? y un lamentable largo etcétera.

Seguro que habrá gente muy contenta: de nuevo han dado la razón a quienes en un lado y en otro no quieren ni oír hablar de acuerdos por distintas razones (comodidad autonomista o radicalidad cegata). Y el común de la sociedad a perder.

Pensaba que estábamos en una nueva fase de entendimiento que nos permitiría ir más allá del lío y enfrentamiento histórico. Confiaba en que con los acuerdos y sinergias logradas en la ponencia de autogobierno podríamos ver entendimientos futuros en clave de país. Soy una ilusa.