MADRID - La jornada postelectoral en Andalucía estuvo presidida ayer por el cortejo entre las fuerzas de la derecha. Ni el PP ni Ciudadanos hacen ascos a los votos de la extrema derecha de Vox como trampolín en la sesión de investidura andaluza, ni tampoco el partido ultra ha dado señales de que se vaya a mostrar especialmente puntilloso con sus condiciones para hacer posible el desalojo de la socialista Susana Díaz. Los doce escaños que han logrado las filas de Santiago Abascal han colocado a la extrema derecha ante una oportunidad histórica desde el regreso de la democracia en el Estado español para recuperar su influencia política y condicionar el gobierno de un territorio de ocho millones y medio de habitantes, y quizás por ello Abascal dijo que no pondrá “obstáculos” al cambio. No obstante, la espectacular irrupción de Vox ha podido sorprender a la propia formación, sin tiempo para perfilar su estrategia. Mañana celebrará su Comité Ejecutivo, donde se espera mayor claridad. Ayer habló de bajar impuestos y derogar las leyes de memoria histórica y contra la violencia machista, pero no quedó claro si eran condiciones expresas para la investidura.

El presidente de Vox se limitó ayer a recalcar que “nunca” va a ser un “obstáculo” para una mayoría alternativa en Andalucía porque, si de su formación depende, se acabará con el “régimen de corrupción y clientelismo que representa el PSOE”. “Nunca seremos un obstáculo para que haya en Andalucía una mayoría alternativa a la corrupción socialista y al comunismo chavista que estaba dirigiendo el cotarro en este momento”, lanzó Abascal en una conferencia de prensa en Sevilla junto al candidato, Francisco Serrano.

Abascal evitó concretar expresamente las condiciones, pero en algunos ámbitos se habla ya de que el meollo del debate se va a situar en la disminución de los impuestos, donde Vox plantea una presión fiscal mínima y suprimir los tributos de sucesiones y patrimonio. Abascal dijo ayer, en el momento más claro de su intervención, que plantean la supresión “inmediata” de sucesiones en Andalucía, aunque no mencionó que fuera su condición para la investidura. En ese terreno no habrá mayor problema con el PP y C’s, que llevan en su corpus ideológico la reducción de impuestos. El choque puede surgir si Vox pone sobre la mesa la derogación de las leyes que considera “ideológicas”, en alusión a la normativa contra la violencia machista y a favor de la memoria histórica. Aún es una incógnita si en realidad va a facilitar la investidura del candidato del PP o de C’s (la mayor pelea se encuentra entre ambos por ver quién lidera el desalojo), o si optará por abstenerse, lo que provocaría un bloqueo.

Vox solo se pronunció ayer en términos genéricos sobre las condiciones para la investidura. Abascal y Serrano dijeron que tienen “un pacto con los andaluces” que han votado “con claridad” un programa que declara el fracaso del modelo autonómico, y que esos votantes han pedido “que el Estado recupere sus funciones en materia de educación y sanidad, y han dicho que están cansados de los impuestos abusivos y confiscatorios para mantener el chiringuito de los políticos”. Aludió a la carga sobre sucesiones, y pidió igualmente que sean derogadas las “leyes ideológicas”, como las de género y memoria histórica, unas leyes “especialmente beligerantes” en el territorio. Vox introdujo en la coctelera todos sus postulados ideológicos y no quedó claro a qué vincula su apoyo en la investidura o si esas cuestiones las mencionó con carácter general para exponer sus planteamientos políticos.

El partido comenzó desde ayer a agitar el enfrentamiento con Podemos, a quien avisó de que hará responsable de cualquier ataque que pueda recibir tras el llamamiento a la movilización antifascista. “Iglesias ha llamado a una especie de alerta antifascista militante. Ya sabemos lo que significa, lo pusieron en práctica en Murcia llevando a unas cuantas hordas comunistas para insultar a miles de personas. Haremos responsable a Pablo Iglesias de todos los ataques, de la violencia y amenazas que a partir de ahora se produzcan contra esta fuerza política”, dijo Abascal.

El partido de extrema derecha puso también el acento en la inmigración para recalcar que sus votantes quieren abordar ese asunto. “Han votado también contra los políticos que decían que estaba prohibido oponerse a la inmigración ilegal, una inmigración que es un problema para la convivencia, para nuestra prosperidad y que va a dar muchos problemas en el futuro”, dijo.

entrar en el senado Por otro lado, los 12 escaños de Vox le abrirán la puerta del Senado. El partido tendrá derecho a designar a un miembro en representación de la comunidad autónoma. Sería una auténtica paradoja, porque Vox plantea suprimir el Senado y quiere derogar el sistema autonómico, pero al mismo tiempo tendría representación en la Cámara territorial del Estado.