madrid - Pedro Sánchez ha encontrado la fórmula para retirar la capacidad de veto al Senado en la tramitación del techo de gasto, lo que supone evitar el varapalo de la mayoría absoluta del PP. El presidente español ha hilado fino para evitar que el PP lleve al Tribunal Constitucional este asunto y no lo va a tramitar vía decreto, un procedimiento dudoso porque la Ley de Estabilidad Presupuestaria es orgánica y debería reformarse con otra ley. Por ello, ha dejado la iniciativa en manos de los grupos parlamentarios, y ayer mismo el PSOE, Unidos Podemos, Compromís y ERC registraron una proposición de ley con la intención de que se tramite por la vía de urgencia y por lectura única. Con ese procedimiento, el plazo de enmiendas se recorta a la mitad y la ley se debatirá directamente en sesión plenaria, sin pasar antes por ponencia o comisión. El objetivo es que se apruebe cuanto antes porque es la condición previa que ponen Unidos Podemos y los nacionalistas catalanes para pactar el techo de gasto: no quieren arriesgarse a cerrar un acuerdo con el Gobierno español que después pueda ser vetado por el PP en el Senado. En cualquier caso, el PP va a plantear toda la resistencia posible, y tiene en su mano un último resorte: los populares y Ciudadanos son mayoría en la Mesa del Congreso, que debe decidir si admite el procedimiento de urgencia y lectura única y, además, puede prorrogar los plazos para registrar enmiendas, como sucedió con la derogación de la prisión permanente revisable. El PP intentará retrasar todo lo posible este trámite y se lo anotará como un tanto si consigue que los Presupuestos se aplacen hasta mediados del próximo año.

Con esta reforma, se elimina la capacidad de veto del Senado sobre el techo de gasto, una excepción en el sistema parlamentario porque ninguna otra ley debe obtener necesariamente el aval de esa Cámara, sino que el Congreso de los Diputados prevalece. Esta anomalía la introdujo el propio PP en 2012, cuando gobernaba con mayoría absoluta y redactaba la Ley de Estabilidad Presupuestaria. La propuesta de reforma tiene un único punto para modificar el artículo 15.6. “Si aprobados los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública por el Congreso los mismos fuesen rechazados por el Senado, dichos objetivos se someterán a una nueva votación en el pleno del Congreso, aprobándose si este los ratifica por mayoría simple”, dice.

Este procedimiento desarma por completo al PP a la hora de acudir al Tribunal Constitucional. Ya no habrá decreto y se asegura totalmente la separación de poderes. El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, dio una muestra del estado de ánimo de su partido al avisar de que está dispuesto a movilizar a la calle en contra de las “tropelías” de Sánchez. Según dijo a Onda Cero, si el presidente español continúa por esta senda, el PP planteará movilizaciones para que “los españoles sigan apoyando las medidas” de los conservadores. Además, confirmó que utilizará toda su capacidad parlamentaria. Estas movilizaciones las extendió a la aplicación del artículo 155 en Catalunya. En ese punto, recordó que la mayoría absoluta del PP en el Senado sigue sirviendo para exigir la suspensión del autogobierno.

retraso en las cuentas Aunque el Congreso lograra tramitar esta reforma por la vía de urgencia, el Gobierno español asume que la presentación de los Presupuestos para el próximo año se va a retrasar y será casi imposible registrarlos antes de que acabe septiembre. La vicepresidenta española, Carmen Calvo, le quitó hierro porque, a su juicio, la clave es retirar la prerrogativa “excepcional e inentendible” del Senado. Esta reforma es determinante para aprobar el techo de gasto y para generar un buen clima con sus socios preferentes para negociar los Presupuestos. En cuanto al techo de gasto, será expansivo y supondrá 6.000 millones de euros extra que la vicepresidenta puso ayer en valor. “Ese objetivo que le permite a este Gobierno recuperar derechos es tan importante para la realidad de este país que desde luego merecen la pena los trámites previos, incluido que no lleguemos a algún plazo puntual concreto”, dijo Calvo. El Congreso ya aprobó antes del verano las Cuentas para 2018, de manera que el Estado está funcionando con un proyecto recién validado que permite a Sánchez no trabajar con grandes urgencias.