madrid - Dos años y siete meses después, José María Aznar volvía a cruzar las puertas de Génova. El 21 de diciembre de 2015, cuando aún era presidente de honor del PP, acudió por sorpresa a la reunión del Comité Ejecutivo para pedirle a Mariano Rajoy la urgente renovación del partido. Ayer, con Rajoy apartado de la primera línea política, Aznar volvía a la sede popular para mantener una reunión con Pablo Casado, nuevo presidente del PP, y a quien el expresidente español trasladó su apoyo en las pasadas primeras, si bien no fue directamente sino a través de la fundación FAES. En las dos horas de encuentro, Casado y Aznar hablaron de la situación de Catalunya y de los “retos y desafíos” que afronta España. Según explicaron fuentes de la dirección del partido, la reunión con Aznar se celebró en un ambiente “de confianza y esperanza en el futuro”. A lo largo de la conversación tuvo “especial relevancia” la política internacional, en la que Casado trabajó durante su etapa como director de gabinete del expresidente del Gobierno entre los años 2009 y 2011.

Durante su campaña para defender su candidatura a liderar el PP, Casado reivindicó tanto el “legado” de Rajoy como el de Aznar, y señaló que todos los expresidentes que ha tenido el PP “tienen mucho que aportar y que aconsejar”. “Quien aspira a liderar el PP tiene que estar orgulloso de su pasado”, afirmó el pasado viernes, antes de que comenzara el XIX Congreso en el que Casado se hizo con la Presidencia del partido. Sin embargo, Aznar no fue invitado a este cónclave. Tras las quejas manifestadas por el expresidente por esa decisión, el presidente de la comisión organizadora (COC), Luis de Grandes, argumentó que Aznar renunció en 2016 a ser presidente de honor de la formación y que ha tratado con un “desdén expreso” al PP.

Recuperar activos Javier Maroto. una de las piezas básicas en el equipo de Casado, reconocía que la reunión entre el presidente del partido y Aznar es una “invitación sutil pero evidente” a quienes dejaron de confiar en la formación para que se incorporen al nuevo proyecto.

Según señaló el exalcalde de Gasteiz, la voluntad última de este encuentro era demostrar que el PP no solo es “bueno” gestionando sino que también “quiere encontrar espacios donde mejorar”, como la comunicación, “decir las cosas por su nombre” o que los ciudadanos les “reconozca” por sus “banderas que no pueden estar en manos de otros”.

Además, Maroto negó que hubiera “revisionismo” en esta reunión y explicó que el objetivo de este encuentro, igual que del que Casado mantuvo un día antes con Mariano Rajoy, es el de contar con la “experiencia” de quienes dirigieron antes la formación, “con lo bueno y lo menos bueno”. La experiencia es un grado”, explicó.

Por su parte, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, un hombre que apostó por Pablo Casado en l as primarias, afirmó que Aznar fue un “grandísimo presidente” y le podrá dar consejos “de utilidad” a Casado. El dirigente madrileño señaló, en este sentido, que le parece “bien” el encuentro porque todos los expresidentes “pueden aportar cosas buenas e importantes para el partido” y, añadió, “Aznar puede aportar algún consejo que sea de utilidad”.