madrid - Iñaki Urdangarin cumplió ayer con el último trámite antes de convertirse en el primer miembro de la Casa Real española en ingresar en prisión. En su quinta visita a la Audiencia Provincial de Palma dentro del proceso judicial por el caso Nóos, el tribunal le comunicó la sentencia del Tribunal Supremo que rebaja en seis meses su condena pero que la deja en cinco años y diez meses, lo que hará inevitable su entrada en prisión. Y tendrá que cumplir con este ingreso, en una cárcel de su elección, en un plazo de cinco días, lo que a la postre fue la principal comunicación que le trasladaron ayer, en un encuentro de apenas doce minutos, las magistradas que dictaron la sentencia original.
Durante este lapso, el ex duque de Palma tendrá libertad de movimientos debido a que su ingreso es voluntario y podrá viajar a Suiza, donde reside, hasta el momento en que se materialice su encarcelamiento. Además del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, que difícilmente paralizaría la entrada en la cárcel, a Urdangarin le cabe la posibilidad de solicitar el indulto a Moncloa. Sin embargo, la vicesecretaria general del PSOE y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, descartó ayer que el Gobierno de Pedro Sánchez vaya a plantearse esta posibilidad. “Es irreal que alguien pueda valorar la petición de indulto”, dijo en una entrevista en RNE.
Ayer a mediodía, cuando Urdangarin compareció ante la Audiencia de Palma, además de un centenar de periodistas, le esperaba una veintena de ciudadanos que le recibieron a gritos de “los borbones a los tiburones”, “Iñaki Urdangarin, devuelve el botín” y “Urdangarin, trabaja, devuélvenos la pasta”. Precisamente en el día del 53 cumpleaños de su esposa, la infanta Cristina, el cuñado del rey Felipe VI volvió a compartir destino con el socio con quien fundó el Instituto Nóos, Diego Torres, condenado a cinco años y ocho meses de cárcel y que también recibió ayer el mandamiento de ingresar entre rejas antes del lunes.
Torres fue el más puntual en acudir ayer a la sede judicial, donde llegó sobre las 9.00 horas acompañado de su abogado para recibir la orden de entrada en prisión. Urdangarin pasa a ser el más duramente condenado en este caso puesto que el Tribunal Supremo reduce desde los ocho años hasta cinco años y ocho meses la pena a Torres tras absolverle de tráfico de influencias, blanqueo y falsedad, mientras que mantiene la responsabilidad de partícipes a título lucrativo de su esposa, Ana María Tejeiro, y de Cristina de Borbón en el delito de malversación y fraude de sus maridos, pero no en los delitos fiscales.
El tercer convocado ayer, Jaume Matas, exministro de José María Aznar, evitó comparecer de nuevo ante la Audiencia de Palma e ingresó de forma voluntaria en torno a la una de la tarde en la cárcel de Aranjuez (Madrid). Su condena es de tres años y ocho meses de cárcel por un delito continuado de prevaricación en concurso medial con un delito de falsedad en documento público y con un delito de malversación de caudales públicos.
En la sentencia dada a conocer el pasado martes, el Tribunal Supremo consideró a Urdangarin y a Torres el “motor de toda la secuencia” de los delitos cometidos mediante el Instituto Nóos. Ratificó asimismo la absolución de los exmandatarios valencianos implicados durante la instrucción.
Justicia objetiva La ministra de Defensa, Margarita Robles, valoró que la sentencia del caso Nóos demuestra que el Estado de Derecho y la Justicia funcionan “con independencia de las personas que están sometidas a procedimiento”. Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, opinó que “han quedado claros los vínculos de la monarquía y la corrupción”. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se limitó a apuntar que “sobre esos asuntos ya se han pronunciado los jueces”, y el fiscal general del Estado en funciones, Julián Sánchez Melgar, defendió la existencia de una Justicia “objetiva”.