Bilbao - Numerosos personas que tuvieron una estrecha relación con José Ramón Recalde tomaron parte ayer en Donostia en un acto de homenaje al histórico dirigente del PSE. El socialismo vasco, por boca de su secretaria general Idoia Mendia, ensalzó la figura de “uno de los grandes artífices de la Euskadi actual” no solo por haber sido una figura clave en la lucha por las libertades, especialmente durante los tiempos “en el que ETA cometía un asesinato cada cuatro días y en el que defender los derechos humanos era casi tanto como defender el derecho a vivir en Marte”, sino también como muñidor de los acuerdos que llevaron a los gobiernos de coalición entre PNV y PSE en los años 80.
Un acto cívico, en el que tomaron la palabra un nutrido grupo de oradores -en el plano político destacaron Mendia o el ex secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba-, glosó el recorrido vital de “un luchador contra el franquismo y contra ETA”. El campus donostiarra de la Universidad de Deusto, de la que Recalde fue profesor, albergó un emotivo evento en el que Mendia ensalzó algunos de sus otros cometidos vitales como “jurista brillante, político hábil y el socialista firme”. Durante su “dilatada trayectoria política, académica o judicial”, Recalde “peleó por una sociedad vasca plural y diversa” teniendo siempre como “causa prioritaria” la defensa de la convivencia y la concordia “entre diferentes”. Esa lucha le supuso situarse en el punto de mira de ETA, que atentó contra su vida en 2010. Su apelación a la convivencia es “absolutamente necesaria en un tiempo convulso como éste en el que los discursos separadores, rupturistas y excluyentes florecen por todo el mundo, y que aquí tampoco terminan de desaparecer”, afirmó.
Recordando que el fallecido dirigente socialista fue un faro ideológico por su “defensa de la libertad y la igualdad” en tiempos sumamente complejos, Mendia confió en que su ejemplo sirva “como antídoto para frenar todo brote de intolerancia, toda tentación de atacar al diferente, de imponerse al otro” en “estos tiempos confusos con los que nos ha tocado lidiar”. “ Ése es el legado que nos deja”, profundizó sobre un dirigente que ostentó los cargos de consejero y portavoz de Educación y Justicia de los Gobiernos vascos PNV-PSE encabezados por el lehendakari José Antonio Ardanza entre los años 1987 y 1994 gracias a unas fórmulas de coalición “de las que hoy tanto bebemos y a las que tanto debemos”. Antes, asimismo, fue el “primer director de Derechos Humanos de Euskadi, de la mano de Ramón Rubial en aquel primigenio Consejo General Vasco”. Fue durante esas responsabilidades públicas cuando sentó “las bases de nuestro sistema educativo, como responsable de la confluencia con las ikastolas y padre de la escuela pública vasca”, remarcó.
Pérez Rubalcaba, por su parte, evidenció que el fallecido dirigente socialista fue un “símbolo” y un “emblema” por el hecho de oponerse al franquismo y al terrorismo, incluso siendo tiroteado por ETA el 14 de septiembre de 2000, cuando volvía a su casa de Donostia junto a su esposa MaríaTeresa Castells. Ese atentado le dejó heridas graves en el rostro, pero no silenció su voz. De la misma forma, el que fuera líder del PSOE llamó a que la sociedad no permita que “nadie reescriba la historia de lo que ha sido la derrota de ETA a manos de la democracia”.
Otros responsables socialistas como el eurodiputado Ramón Jáuregui y el exlehendakari y candidato a secretario general del PSOE, Patxi López, acompañaron a familiares y amigos en el acto de la capital guipuzcoana. Junto a ellos estuvo la eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundua, quien compartía su condición de víctima de ETA con Recalde. De hecho, lo calificó como “uno de los escudos humanos de la ley y la libertad en la sociedad vasca”. El filósofo Fernando Savater, por su parte, aseveró que fue un “inspirador de ideas” y “un luchador por la libertad”. Ignacio Latierro -compañero y cofundador de la emblemática librería Lagun-; el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra; la jueza Aurora Elósegui o el rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert también tomaron la palabra para a pesar de padecer la “persecución” franquista, primero, y terrorista, años después, no hicieron la vida de Recalde “desgraciada”, porque ésta fue “plena y envidiable”.