Madrid - Al contrario de sucedido con Holland o Merkel, el Gobierno español reaccionó ayer de una forma tibia ante las últimas decisiones adoptadas por el presidente de los EEUU Donald Trump restringiendo la entrada en suelo estadounidense a ciudadanos procedentes de siete países musulmanes, entre ellos Irán, Libia o Sudán.
El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, admitió que el Gobierno está preocupado ante los efectos que puedan tener estas medidas. “Es normal que tengamos que preocuparnos por ello y abordar la cuestión para aclarar, no solo nosotros, sino en el marco de la UE, por ejemplo, las repercusiones que pueda tener para nuestros propios nacionales con doble nacionalidad”, dijo.
Según el jefe de la diplomacia española, la postura del Gobierno del PP ante Trump está “suficientemente clara”, por lo que negó que “esté siendo prudente”. “Estamos haciendo lo que debemos hacer”, zanjó frente a quienes creen que la posición de Moncloa respecto a Trump está siendo tibia.
Dastis defendió que la lucha contra el terrorismo debe hacerse con un enfoque integral y en cooperación con los socios, “pero siempre en el respeto al estado de derecho y la defensa de los derechos humanos”. Según señaló, en la política de acogida de refugiados definida por la UE “no tiene cabida la discriminación por nacionalidad, origen, creencia, edad o sexo”.
El ministro de Exteriores reiteró que España y Estados Unidos son “aliados y amigos” y por ello “hay que decirse las cosas de manera franca”. “Y eso debe contribuir a que sigamos manteniendo lo que hemos compartido hasta ahora, que es la defensa de los derechos humanos y los valores de la democracia y la libertad en la que siempre hemos estado juntos”, añadió.
Respecto al impacto que puede tener en Centroamérica la decisión de Trump de completar el muro fronterizo con México, Dastis ha señalado que se trata de una cuestión que “debe debatir Iberoamérica” al plantear “una serie de problemas sobre los que es bueno tomar posición”. - Efe