justo ayer, un 9 de abril de 1979, Carlos Garaikoetxea se hacía con la makila de lehendakari tras la larga dictadura, 37 años han pasado de aquel acontecimiento. Además de llover, y mucho sobre todo a principios de los 80, ha pasado de todo en este país, de todo menos que el principal partido de estos 37 años, el PNV, y su principal competidor, la izquierda abertzale, llegasen a un acuerdo de calado en el Parlamento Vasco? hasta ahora, y lo ha conseguido la imposible Ley municipal vasca, que tras 13.518 días, por fin, ha visto la luz.

Éramos los únicos que no teníamos Ley municipal, que socialmente no es que movilice a la población pero sí que políticamente tiene su importancia y sobre todo hace cumplir al Gobierno Vasco con uno de sus objetivos para esta legislatura.

Un pacto casi imposible durante años ha hecho posible que un gobierno en minoría sea capaz de sacar esta ley adelante, pero además es un pacto entre los principales partidos del país (entre ellos dos, PNV y EH Bildu gobiernan el 85% de los municipios vascos que soportan el 95% de la población de la CAV), mientras los que se han querido quedar fuera del acuerdo, el PSE y el PP, poseen el resto de municipios y únicamente gobiernan al 5% de la población de aquí.

Per sé, esto ya es un notición que pocos nos hubiéramos atrevido a vaticinar y más al final de legislatura. A este importante acuerdo se le une un pacto institucional que tiene el PNV con el PSE en todos los municipios y Diputaciones Forales que ni siquiera se ha agrietado ni un milímetro, lo cual dice mucho de la estabilidad de los pactos vascos, incluso aunque el PSE ya esté en campaña (como hemos visto en casa recibiendo esta semana propaganda electoral con una foto de una chica que se parece mucho a Idoia Mendia).

En Euskadi los pactos entre diferentes son constantes, desde llevar a buen puerto leyes cuasi-imposibles, hasta para gobernar un pequeño municipio o incluso el segundo municipio de la comunidad que es Gasteiz, con un pacto a cuatro. Esto ya entre nosotros es habitual y desde la desaparición de ETA empieza a ser natural; algo que más allá del Ebro ni es habitual y empieza a ser sobrenatural.

13.518 días y un pacto entre muy diferentes desatascó una Ley más que necesaria, ¡zorionak a los artífices de este acuerdo!. Que la campaña electoral, que ya se empieza a vislumbrar, se quede sólo en esos excesos de Photoshop, para que luego los acuerdos sean más fáciles de conseguir? que ya vemos lo que pasa en el país vecino.