bilbao - El PNV calienta motores para celebrar el Aberri Eguna este domingo, una jornada que podría suponer el pistoletazo de salida para la campaña de las elecciones autonómicas, inicialmente previstas para octubre. Ayer presentó el manifiesto del evento, donde se propone avanzar hacia el reconocimiento nacional de Euskadi, que pueda tomar sus propias decisiones y que el Estado no se inmiscuya en sus competencias. Quiere emprender ese camino por vías legales y por medio del acuerdo, y rechaza expresamente la ruptura unilateral. Al margen de esos grandes objetivos, los jeltzales se sitúan con los pies en la tierra para aludir a la gestión cotidiana, a la construcción de Euskadi en el día a día como partido con vocación de mantenerse en el gobierno y que ya gestiona el ejecutivo, las tres diputaciones y los ayuntamientos de las tres capitales de la comunidad autónoma. El PNV alude a reivindicaciones pegadas a las preocupaciones sociales como la conciliación de la vida familiar y laboral, el envejecimiento de la población, el racismo o la crisis del acero vasco agravada por los bajos precios de China.
El PNV recordó que “ser abertzale vasco implica reivindicar nuestra nación y el estatus político que nos permita desarrollar nuestro ser como tal, pero no se limita a la reivindicación de un reconocimiento, que no dudamos haremos realidad, sino que implica también un compromiso con nuestro pueblo y sus gentes, que nos lleva a trabajar para avanzar en la construcción de una sociedad basada en valores y principios de solidaridad y justicia social, haciendo valer una forma propia de afrontar los problemas”. El partido de Andoni Ortuzar vuelve a incidir en su perfil gestor y en su bagaje al frente de las instituciones y de la atención de los problemas cotidianos, un argumento siempre muy presente en las campañas electorales del PNV, y que habitualmente ha contrapuesto al historial de la izquierda abertzale.
La presidenta de la ejecutiva vizcaina, Itxaso Atutxa, y el burukide Joseba Aurrekoetxea presentaron ayer un manifiesto que repasa las bases sobre las que el PNV quiere construir un nuevo estatus de autogobierno. Los partidos vascos tratarán de acordar unas bases mínimas antes de que culmine la legislatura en otoño, y la redacción del articulado completo quedaría pendiente para el siguiente mandato. Los jeltzales plantean acometer el proceso “con respeto al principio de legalidad”, pero dejando claro que el Estado tendría que sentirse obligado a negociar la voluntad expresada claramente por los vascos en las urnas. Sin embargo, el PNV no quiere actuar por las bravas y excluye expresamente la vía unilateral.
Pide reconocer la identidad nacional vasca y el derecho a decidir, y promover una relación bilateral, de igual a igual, con el Estado. Sobre Nafarroa, aplaude el gobierno del cambio de Uxue Barkos, y proclama su respeto a la voluntad de los navarros. En cuanto a Iparralde, la mancomunidad de municipios no colma sus expectativas pero ve una oportunidad en ella para seguir avanzando.
El PNV aludió a la gestión porque “no hay futuro político sin porvenir económico”. Apostó por incentivar la natalidad, pidió integrar a la inmigración “por dignidad humana” y por “pura necesidad de rejuvenecimiento de la población”, se refirió a la crisis del acero vasco y defendió las prestaciones sanitarias, educativas y sociales. La carga resultó especialmente profunda cuando se refirió al acero. “Hoy son el excedente de acero producido en China o la caída de las inversiones petroquímicas los que amenazan a nuestras empresas. Mañana pueden ser los fondos especulativos los que, por falta del tamaño adecuado, se hagan con nuestras factorías de referencia para barrerlas del mercado en beneficio de otros competidores internacionales”, alertaron.
CRÍTICAS El texto depara alguna crítica para la izquierda abertzale, a quien reprocha que vaya a mudar su denominación por “izquierda independentista”. A juicio de los jeltzales, han rebajado el componente identitario de la reivindicación nacional y solo contemplan la independencia como instrumento para construir un Estado socialista. Sobre Podemos, Atutxa consideró “muy positivo” que celebre el Aberri Eguna, y puso en valor que es una jornada “de todos” en la que se reivindica que Euskadi es una nación. El acto arrancará a las 11.30 horas en la Plaza Nueva de Bilbao e intervendrán el lehendakari y Ortuzar.